No es sólo baile, música, festejo, es tu pasaporte a la diversión.
El 2025 llega a su fin; es momento de recopilar lo hecho durante el año, valorarlo y tener mejores propósitos para el año entrante. Pero antes, ¡hay que celebrar la última noche! Nada como lucir nuestras mejores galas y disfrutar de una gran fiesta, como no, con un cotillón de lujo incluido. Abrimos la bolsa de nuestros concursos y certámenes que nos adornarán esta Nochevieja y que contiene todas esas cosas que nos hacen ver la sierra de Guadarrama desde diferentes perspectivas.
Cotillón clásico especial. Autora: María Villamayor Martín
Empezamos con el accesorio más grande que encontramos nada más abrir la bolsa iridiscente; algo para ponernos en la cabeza. En el mes de marzo, una elegante tiara escarchada o una chistera metalizada: nuestros certámenes literarios. Nuestra corona del Certamen de Narrativa nos sienta muy bien. Ya son nueve ediciones las que llevamos celebrándolo y, podemos asegurar, que varias personas esperan ansiosas que llegue la fecha en la que se publican las bases para participar. El sombrero de copa plateado da el punto de refinamiento que exige escribir una historia en 150 palabras: nuestro Certamen de Microrrelatos, ya en su sexto año. Atestiguamos, con inmensa alegría, que tenemos asiduos participantes en ambos concursos; todos ellos fieles a la cita con las letras año tras año.
Lo siguiente que sacamos de nuestra brillante bolsa es un collar dorado y negro para poner en el cuello: nuestro Concurso de Pintura. Diez años celebrándolo y sigue teniendo una gran aceptación. Cada flor de nuestro lei es una pincelada, suave pero firme, vibrante y apasionada de los pintores que presentan sus obras en el mes de junio.
Metemos la mano, de nuevo, en la bolsa y sacamos un antifaz de fantasía que pondremos alrededor de nuestros ojos. Con él, veremos la magia que envuelve al Concurso de Fotografía. A través de un pequeño visor, el objetivo de la cámara, se percibe la belleza de los paisajes, las preciosas flores diminutas o los majestuosos árboles, los huidizos animales… En el mes de septiembre tenemos la convocatoria de este concurso, ya en su décima celebración.
Por último, y no por ello menos importante, rebuscando en el fondo de la bolsa, topamos con serpentinas y confeti, para lanzar y regocijarnos haciéndolo. Esos rollos de cinta arcoíris y esos papelillos con forma de estrellas o puntos multicolores, son las cintas de película de nuestro Festival Internacional de Cine y Naturaleza «Valle de La Fuenfría» que ha cumplido catorce años a primeros de diciembre. Este año, como los globos versicolores que se escurren entre nuestros dedos perdiendo aire mientras los inflamos si no los sujetamos bien o aquellos que escapan de nuestras manos una vez hinchados, que observamos alejarse; los rebollos de distintos metales que son el premio de este concurso, han quedado desiertos. No por ello, se desvanecen las ganas de continuar organizándolo. El año que viene, con el glamour de las lentejuelas y de refulgentes dorados y plateados, tendremos el décimo quinto festival de cortos.
De estos 365 días, que han pasado y les quedan las últimas horas de existencia, celebramos con trompetas con espumillón argentado, pitos con flecos áureos y matasuegras brillantes a los ganadores de las distintas competiciones artísticas del parque nacional. Se colocan todos delante del telón de fondo preparado para el photocall, cada uno cogiendo un accesorio para salir en esta última foto: bigotes Chevron, lápiz o francés que dan un toque de humor a las caras, labios rojos con morritos o amplias sonrisas para aportar el lado seductor al retrato, copitas y botellas de champán para festejar la despedida de este anciano año que se va y la llegada de la flamante añada por estrenar que nos llena de ilusiones por cumplir. Apretados todos dentro del marco de goma Eva que les encuadra como si de un portarretratos se tratase, esperando quedar inmortalizados, como ya lo han hecho nuestros pretéritos triunfadores de los concursos y certámenes del parque. Salta el flash, la instantánea está tomada.
Se aproximan las campanadas de fin de año, apenas quedan unos minutos para prepararnos. Tomamos las 12 uvas, esas que nos depararán suerte para el 2026, y seguimos disfrutando del festejo con la promesa de que, en el año próximo, volveremos a reunirnos en cualquiera de nuestros concursos y certámenes.
María Villamayor Martín
Coordinadora del Programa Educativo
Centros de Visitantes del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama



