Ampliando horizontes: residencias y hospitales
José Antonio Guerra
Son muchas las actividades que llevamos a cabo desde el equipo educativo del parque: atención a centros escolares, actividades de fin de semana, diseño de actividades online, ferias y visitas a productores locales, etc. Sin embargo, el año pasado decidimos ampliar un poco más nuestro horizonte, y lanzarnos a desarrollar una nueva línea de trabajo, destinada a las residencias de la tercera edad y hospitales del entorno del parque. Aunque habíamos hecho actuaciones puntuales de este tipo en el pasado, especialmente en el hospital de Guadarrama, no teníamos un programa específicamente diseñado para ellos. Hasta ahora.
Actividad con pacientes en el hospital de Guadarrama. Autora: María Hernández
La actividad que llevamos a cabo consta de dos partes, que se desarrollan en sesiones diferentes: «Oficios tradicionales en el parque nacional» y «Cultura en el parque nacional».
El primer día comenzamos con la sesión de «Oficios tradicionales en el parque nacional», haciendo una pequeña introducción a los mismos, en la que aprovechamos para ir anticipando la experiencia y conocimiento que los participantes tienen en la temática. Continuamos con la proyección de un audiovisual en el que se muestra una pequeña selección de los oficios que han modelado el paisaje de la sierra de Guadarrama. Para finalizar, distribuimos unas láminas a los pacientes/ residentes, también con imágenes de oficios tradicionales, que deben ir relacionando entre sí, juntando todas las láminas por oficios. Los educadores vamos resolviendo sus dudas, a la vez que les aportamos información complementaria sobre cada una de las imágenes.
Personalmente, esta es la sesión en que me resulta más fácil conectar emotivamente con los pacientes o residentes, pues es donde afloran la mayoría de recuerdos e impresiones.
El segundo día, en la sesión de «Cultura en el parque nacional», utilizamos las obras de los concursos culturales del parque: pintura, cine, fotografía, narrativa y microrrelatos. Todos estos concursos, que llevamos a cabo a lo largo del año desde los centros de visitantes, giran en torno a dos ejes muy claros: la conservación de la naturaleza y la difusión de los valores naturales y culturales de la sierra de Guadarrama. En esta actividad proyectamos los cortometrajes del concurso de cine, así como las imágenes de los concursos de pintura y fotografía, además de leer algunos textos de los certámenes literarios. Los pacientes/residentes, siguiendo las instrucciones que les damos los educadores, van rellenando unas fichas sobre dichas obras, plasmando las impresiones que les han producido.
Esta sesión me resulta muy interesante por lo subjetiva que es, ya que, ante una misma obra artística, las reacciones e impresiones son tan variadas como personas haya realizando el ejercicio.
En cuanto a la recepción de la actividad, y la impresión que nos deja a los educadores, lo primero que debemos resaltar es la cálida acogida que hemos tenido siempre tanto en los hospitales como en las residencias de la tercera edad que hemos visitado, tanto por parte de los pacientes/ residentes como por los encargados de dichos centros. Ver caras nuevas y hacer actividades diferentes es siempre bienvenido, y más para personas que, en ocasiones, llevan a sus espaldas situaciones complicadas.
Pero no sólo hemos sido bienvenidos, sino que, además, hemos visto cómo se ilusionaban e implicaban en las actividades. Por supuesto, en todo esto que hacemos hay algo mucho más importante que conseguir que realicen la actividad a la perfección. Lo verdaderamente interesante no es que relacionen la imagen de un mastín con la de un pastor, o la de un yunque con la fragua, sino los recuerdos que estas imágenes, vídeos o relatos suscitan en ellos. Hemos visto cómo muchos, procedentes de pueblos de toda España, se emocionaban al recordar los días de su niñez o de su juventud, y nos hablan de cómo su abuelo cultivaba el huerto, cómo su padre resinaba los pinos en los ardientes días del estío o cómo su madre se iba hasta el río para lavar la ropa.
Este es realmente el objetivo de la actividad: estimular sus mentes y sacar a la luz viejos recuerdos que parecían olvidados. En definitiva, hacerles pasar un buen rato.
También nosotros, los educadores que llevamos a cabo estas actividades, recibimos mucho más de lo que damos, empezando por el agradecimiento y la simpatía con que nos acogen, además de la alegría que genera el ver cómo nuestras actividades producen un efecto tan positivo en ellos. Y, por qué no, en no pocas ocasiones también nos ilustran con sus conocimientos y experiencias, ya que ellos mismos han experimentado, o por lo menos visto, muchas de las cosas que nosotros sólo conocemos por la teoría. Ya lo decía Víctor Hugo, autor de obras como Los Miserables: «Y si fuego es lo que arde en los ojos de los jóvenes, luz es lo que vemos en los ojos del anciano». De esta forma nos convertimos en vehículos para mantener viva la memoria de nuestros abuelos, y aportamos nuestro granito de arena para que todo este vasto saber popular, alimentado durante generaciones, no quede en el olvido.
Desde el equipo educativo estamos dispuestos a dedicar nuestro tiempo y nuestro esfuerzo a que este programa vaya consolidándose y creciendo cada vez más.
Creo que aún tenemos mucho que ofrecer y que aportar en este sentido. No me cabe duda de que conservando la memoria que nos transmiten nuestros abuelos estamos contribuyendo a la salvaguarda de nuestra cultura.
José Antonio Guerra
Educador ambiental de los centros de visitantes del parque nacional