Con trazo lento y cuidado

 

El embrujo que provocan estas montañas atrae a pintores desde el siglo XVII. Velázquez y Goya lo emplearon como lejano fondo de sus retratos reales, un telón con una consideración urbana de algo que se ve desde Madrid. Además, el universal fuendetodino, lo convierte en un horizonte apacible e idílico, casi un decorado pintado de teatro para los cortesanos en sus cartones para tapices.

En el siglo XIX, pasa a elemento principal de los cuadros de Carlos Haes, Martín Rico o Jaime Morera, entre otros. Paisajes que, en muchos casos reflejan un pico determinado de la sierra o una zona concreta de la misma. Artistas del siglo XX, como Joaquín Sorolla, Aureliano de Beruete y Tomás Campuzano y Aguirre siguen la estela de sus predecesores del siglo anterior. En el siglo pasado, empieza la andadura de nuestros miembros del jurado. Personas que, con su arte, muestran, a día de hoy, diversos aspectos de estos lugares.

067 01 PremiosPinturaEsperando a sus autores. Autora: Leticia González

Dos de ellos, nos han acompañado en la andadura del Concurso de Pintura desde el primer año que se celebró, siempre que no han tenido exposiciones o trabajos que realizar coincidentes con las fechas de dicho concurso.

Godelieve Dekamp Winkler, pintora de ascendencia belga, afincada en Cercedilla, comenzó el estudio de pintura al óleo y pastel con la retratista Dolores Muñoz de la Riva. Fue discípula de José Bardasano, hasta su fallecimiento; labor que continuó con su viuda, la pintora Juana Francisca. Muy vinculada al pueblo donde reside, pintó durante quince años las ilustraciones de las portadas de los Libros de Fiestas de Cercedilla. Puedo decir, que le compré mi primer cuadro a ella, de un lugar por el que pasaba de cría, cuando yo era una jovenzuela. Pasado el tiempo, los hijos de unos amigos, reconocieron su obra nada más entrar en mi casa; había sido profesora suya de pintura y reconocían la impronta de su obra. Por eso, le hemos pedido que nos deje sus impresiones plasmadas, esta vez en palabras:

«Mucho podría decir de lo que es la pintura para muchos pintores y para mí: la pintura, el arte de captar belleza, luces y sombras, los colores de lo que nos emociona, las formas de lo que nos rodea o gusta .... Pero ser jurado es una responsabilidad y un orgullo, es poder estimular a pintar. Es animar a los que empiezan, es empujar a los que dominan ya sus pinceles, es descubrir obra sincera, sentida. Y en este concurso en especial premiar una pintura que nos sensibiliza con la riqueza natural, la belleza de este entorno sin igual y lo que nos inspira la Sierra de Guadarrama.»

Godelieve Dekamp

Bernardo Lara, pintor sevillano muy vinculado a la Sierra de Guadarrama, comenzó su andadura profesional en el entorno del Parque Nacional de Doñana y, desde entonces, es asiduo colaborador del Organismo Autónomo Parques Nacionales ilustrando: campañas de educación y divulgación ambiental, monografías y cartelería interpretativa de fauna, flora, ecosistemas y etnografía, libros divulgativos, etc. Con motivo de la celebración del centenario de la Ley de Parques Nacionales, hizo dos trabajos significativos, al menos para mí: la exposición Centenario de Parques Nacionales, que se difundió a través de la página web del Parque y sobre la que le entrevisté y las ilustraciones del libro Si me dejas, te lo cuento, donde tuve la inmensa suerte de que me escogiera para pintarme en él. Hablar con él siempre es un placer y, como las palabras nunca le faltan, le solicitamos algunas sobre sus impresiones como jurado a lo largo de estos ocho años:

«Siempre es una gran satisfacción desde tu responsabilidad como profesional, ser testigo de cómo responden unas personas sensibles a la expresión pictórica.

Un entorno como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama que históricamente ha albergado e inspirado a tantos artistas de distintas disciplinas, siempre en una fuente eterna de estética que te atrapa como pocos lugares.

Lo mejor que tiene el acto de saber mirar es que se crea un vínculo entre el testigo de percepción y el lugar, únicos y el sentimiento pictórico lo traduce de manera sincera y sentida.
Una convocatoria de este tipo da una gran oportunidad para expresarse a unos participantes y su afición a la pintura de la naturaleza a mostrarse en público lo que sienten y son capaces de expresar. Esto es un hecho necesario para la sociedad y una forma de vincularse con los paisajes de la naturaleza, un aprendizaje para todos nosotros y un ejemplo tan necesario y necesitado hoy en día en una sociedad como la nuestra.»

Bernardo Lara

Su experta opinión junto a la de Juan José Martín Encinas, novel en estas lides de ser jurado, pero no en los lances artísticos de la expresión pictórica ya que lleva veinte años ilustrando la revista Crónicas gabarreras, además del libro La balada de Natacha, del escritor José Manuel Martín Trilla; han dado como resultado la elección de los premiados en el VIII Concurso de Pintura. Este año, también han tenido que escoger los ganadores del Concurso de Pintura Escolar.

El sábado 10 de junio, no sabíamos si llovería o no a la hora del acto de la entrega de premios. ¿Y si empezaban a caer gotas nada más empezar? Ante tal dilema, decidimos prepararlo todo en el interior del Centro de Visitantes La Pedriza. La primera en llegar fue la pequeña artista ganadora del Concurso Escolar, impaciente por recibir su premio. La última, el segundo premio del VIII Concurso de Pintura que llegó, como dicen los ingleses, on time.

Los ganadores del Concurso de Pintura Escolar han sido Carla García Ramírez y Juan Perpiñán Lucas.

Los ganadores del VIII Concurso de Pintura son:

Primer premio

La Gran Cañada de Mónica Pina Hierro.

Segundo premio

Estratos de María Torres Candil.

Tres de los premiados nos explicaron su obra; una manera de hacernos ver porqué han escogido ese paisaje, esa técnica, incluso, la historia que se esconde detrás de su cuadro.

María Villamayor Martín
Coordinadora del Programa de Información y Atención al Visitante
Centros de Visitantes del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama