Laboratorio SOS Anfibios
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
El hongo que produce la quitridiomicosis en los anfibios se desarrolla en sus células queratinizadas, por eso tomamos muestras de la piel de los adultos y de la cavidad bucal de las larvas. Para ello, sólo necesitamos frotar con un algodón estéril estas zonas sin producir ningún daño al animal.
Una vez en el laboratorio, extraemos el ADN de la muestra con ayuda de reactivos específicos y una serie de tratamientos de agitado, centrifugación y calor. Este proceso rompe las células liberando su contenido, para después purificar el resultado retirando la mayoría de elementos que no son ADN. De esta forma, ya tenemos aislado el material genético presente en la muestra, y que será una mezcla de ADN del propio anfibio, de multitud de bacterias presentes en su piel y, en caso de estar infectado, del hongo quitridio.
Para detectar el ADN que nos interesa, el del hongo patógeno, llevamos a cabo un proceso conocido como reacción en cadena de la polimerasa (o PCR, de sus siglas en inglés). Y en concreto, utilizamos una variable de esta técnica: la PCR cuantitativa o PCR en tiempo real, que no sólo nos permite detectar el ADN que buscamos, sino conocer la cantidad exacta presente en la muestra, lo que nos indica el grado de infección del anfibios estudiado.
Este proceso de la PCR se lleva a cabo en una máquina conocida como termociclador, y en unas placas donde podemos analizar hasta 43 muestras por duplicado. Este aparato realiza ciclos sucesivos a diferentes temperaturas necesaria para que se produzca la reacción y, tras 2 horas de espera, obtenemos los resultados.
Esta técnica es compleja y, además, bastante cara. Analizar cada una de las muestras tiene un coste de unos 5€ en materiales y, para conocer adecuadamente el estado de una población de anfibios (por ejemplo, los renacuajos en una fuente), necesitamos al menos 20 muestras. Además del coste de los materiales, procesar 20 muestras supone un día entero de trabajo en el laboratorio. Como podréis imaginar, analizar el estado de infección de una zona requiere analizar decenas de poblaciones de anfibios de cada una de las especies presentes. Por otro lado, cuando realizamos experimentos controlados en campo o en laboratorio, el número de muestras necesarias hace que los costes se disparen a miles de euros. Esta es una de las principales causas por lo que la investigación de la enfermedades emergentes es tan costosa y lenta.
¡Gracias a la Fundación BBVA por cubrir gran parte de los costes de laboratorio de este proyecto!