Alcanzando la madurez en la vida

El tiempo avanza inexorablemente, no detiene su andar, cada vez parece que pasa más deprisa. Iniciando el tercer trimestre del año, nos encontramos con el Concurso de Fotografía, que ya ha llegado a la edad adulta con su novena edición. Poco a poco, se va consolidando como una persona que alcanza la madurez y tiene mayor templanza. 2024 también se encuentra en esa «etapa de su vida». Los meses de invierno, con sus días fríos y cortos, dieron paso a la alegría de la primavera, que se marchó inevitablemente. Ahora, en los meses de verano, todo, se ve de otra manera. La mitad de la existencia ya está consumida y, aunque queramos detenerla, se nos escapa entre los dedos como caen los granos de arena en un reloj. El estío casi ha concluido, las vacaciones son una sombra del pasado de la que parece que sólo tenemos un vago recuerdo, los días merman sus horas de luz, se vislumbra ya la última senda a recorrer.

Autorretrato reflejado. Autor: Juan Carlos Frutos Calvo.Autorretrato reflejado. Autor: Juan Carlos Frutos Calvo.

El periplo vital del actual año bisiesto perpetua los ciclos estacionales, los meses y los días de la semana que, desde la más remota antigüedad, el ser humano ha intentado controlar para así controlar su propia existencia. Tratando de medir y organizar el tiempo, teniendo en cuenta la influencia que éste ejerce sobre nuestra vida para mantener la memoria de lo pasado y hacer previsiones para el futuro. Pero Kronos no está solo, le acompaña siempre revoloteando entorno a él, Kairós; que nos muestra la experiencia del momento oportuno. Ese que en un instante es fácil de atrapar, pero que cuando ha pasado no se puede recuperar, la oportunidad se ha disipado. De manera pareja a como sucede en la fotografía: una tenue luz que se abrillanta en un santiamén, un animal que huye despavorido asustado por algún ruido, unas ramas en suave movimiento que dejan de estarlo al parar el Céfiro. Si no es captado por el objetivo del ávido fotógrafo, ya es improbable que se dé idéntica situación en otro momento.

Teniendo en cuenta el movimiento al que pertenecía la fotógrafa estadounidense que abre con sus palabras este escrito, la fotografía directa; podemos ver con facilidad cómo los concursantes han seguido, la mayoría de las veces sin saber que lo hacían, esta corriente que buscaba representar las imágenes, que están frente al objetivo, sin preparar de antemano ni intervenir ni manipular el contenido o el tema de las mismas. Se trata de capturar en un instante la realidad (Kairós hace acto de presencia) buscando la espontaneidad, lo natural haciendo fotografías directas y simples.

Los fotógrafos que forman parte del jurado, un año más han sacado tiempo de sus vacaciones para poder visualizar todas las fotografías que pasaban a la fase de concurso y dar su experto veredicto. Javier Sánchez, Alfredo Ares y Pedro Klak nos dejan su elección de los dos primeros premios y la selección de imágenes que son finalistas para que la votación popular online. A los tres tengo que agradecerles su colaboración desinteresada un año más.

Arriesgándonos mucho al realizar el acto al aire libre después de las tormentas generalizadas en la sierra de la noche pasada y la previsión para ese día, el sábado 31 de agosto, en el incomparable marco del patio de la Casa de la Cultura de Miraflores de la Sierra, tuvo lugar la entrega de premios del IX Concurso de Fotografía, cuyos ganadores han sido:

  • Primer premio para Twister de Antonio Muñoz Moreno. Esta fotografía fue tomada en junio de este año, junto al refugio el Aguilón, bajando desde el puerto de Morcuera.
  • Segundo premio para Nuestras cabras de Laura Jiménez García. La instantánea se hizo en el Alto de las Guarramillas, en julio de este año.
  • Mención de honor para Guadarrama Borealis de Isaac Sanz Canencia. Hecha desde el Mirador de los robledos en mayo de 2024.

 

Mientras se entregaban los galardones se ciñeron negras nubes sobre nuestras cabezas y empezó a llover, lo que obligó a acelerar el ritmo. Súbitamente, las gotas de agua dejaron de caer del cielo y permitieron, durante un breve espacio de tiempo, que los ganadores compartieran con los asistentes alguna curiosidad sobre sus obras.

¿Coincidencia, casualidad, azar o hado? Da lo mismo como queramos designarlo, lo que es cierto, es que dos años seguidos el título del primer premio ha estado escrito en inglés. ¿Quién sabe si al año que viene será igual o en otro idioma? El tiempo lo dirá.

María Villamayor Martín
Coordinadora del Programa Educativo