Regulación de acceso a La Pedriza: Invierno
A partir del 1 de octubre, entra en vigor el horario de invierno para acceder con vehículo particular al paraje de La Camorza.
Ver +Escalada en hieloEl entorno del parque nacional se considera como alta montaña mediterránea, donde el invierno puede mostrar su cara más dura, acumulando nieve y hielo que permiten realizar todo tipo de ascensiones típicamente alpinas. Las subidas por canales, crestas, palas, paredes heladas, etc. constituyen un reclamo más para los montañeros. Infinidad de itinerarios que, en función de cómo venga el invierno, pueden ser más o menos técnicos, atractivos e incluso peligrosos.
Esta página únicamente pretende dar una información somera de dónde están los principales puntos donde practicar estas modalidades, así como unas recomendaciones básicas de seguridad y conservación, pues son numerosas las publicaciones específicas que recogen de forma amplia las vías y ascensiones.
Las particulares condiciones de la sierra de Guadarrama en cuanto a climatología, orografía, orientación, vientos dominantes, etc. pueden convertir a esta sierra amable en un auténtico paisaje alpino muy cambiante de una semana a otra o incluso en la misma jornada. Por ello es imprescindible no infravalorar al Guadarrama, conocer nuestras limitaciones, contar con el material apropiado (y saber emplearlo) y estar prevenidos ante los cambios imprevistos que puedan ocurrir. Lamentablemente casi todos los años ocurren accidentes, en ocasiones con el peor de los resultados, bien debido a las vicisitudes propias de estos deportes o derivados del exceso de confianza o inexperiencia. Y ya no sólo es que se ponga en riesgo la integridad del propio practicante, sino también la de los equipos de búsqueda y rescate. Por estos motivos, desde el Parque Nacional se incide especialmente en seguir los consejos y recomendaciones de seguridad, planificar la jornada y no subestimar la dureza del invierno y del Guadarrama.
Aunque cualquier cresta, cuerda, canal o cascada pueden ser susceptibles de ser ascendidas en modalidades invernales del montañismo si las condiciones son las apropiadas, a continuación se muestran algunos sectores que por su fama, singularidad o accesibilidad, son recomendables.
Peñalara es la cumbre más alta de la sierra de Guadarrama (2.429m). Su orientación, estructura y la dominancia de los vientos hace de este macizo el que mejores condiciones reúne para la práctica del montañismo invernal. En su vertiente sur-este: el circo principal presenta canales, crestas y cascadas se dan cita en un entorno muy reducido que permite la realización de numerosos recorridos. Debido a su exposición sur-este en muchas ocasiones ascensiones han de ser mixtas, pues el hielo y la continuidad del manto nevado puede quedar relegados a las zonas más umbrías. La formación de cornisas y la acumulación de nieve y hielo en repisas y cascadas suele provocar desprendimientos.
En el Macizo de Peñalara pueden encontrarse centenares de vías distintas, algunas cercanas a los 300 metros y con desniveles que están entre los 35º y 75º, incluso cascadas de unos 90º, agrupadas en distintos sectores como son:
Las laderas de Cabezas de Hierro son probablemente las zonas con mejores condiciones para la práctica invernal, con menos usuarios entre otras razones por la distancia que hay que recorrer hasta comenzar las ascensiones (más de una hora y media). Su orientación norte – noroeste hace posible que esté helado durante largas temporadas, formando algunas cascadas importantes y corredores espectaculares como en la zona de Los Pulmones. Algunas vías superan los 300 metros y sus inclinaciones están entre los 30º y 45º, o los 90º en las cascadas. En esta se pueden elegir entre varios sectores o zonas:
Uno de los mejores lugares para practicar el montañismo invernal es la cara sur de la Maliciosa cuando los inviernos son duros y dejan mantos de nieve y hielo importantes. Sus fuertes desniveles y la longitud de los corredores y paredes, hacen de este lugar un destino preferente. Las principales dificultades, además de las técnicas propias de este tipo de actividad, residen en la distancia que hay que recorrer hasta alcanzar la base (más de dos horas y media) y que debido a su exposición sur, únicamente es practicable cuando las condiciones de frío y nieve son las ideales.
En esta zona pueden formarse numerosas vías en función de cómo sea el invierno. Con longitudes de hasta más de 300 metros por vía (450 en el caso de la canal del Peñotillo) e inclinaciones de entre 45º y 50º, llegando incluso a los 75º en alguna cascada como son:
La orientación sur de estas laderas hace que no siempre se reúnan las condiciones ideales para las ascensiones invernales, aunque si el invierno es severo sí pueden encontrarse algunas vías y corredores. Aunque no tienen excesiva inclinación, sí son de considerable longitud algunos de ellos.
Las vías son canales entre casi todos los picos de unas longitudes que rondan los 200 metros con inclinaciones en torno a los 45º.
Zona con escasos corredores que sólo se forman cuando los inviernos son muy rigurosos debido a su exposición sur, con lo que son poco frecuentadas.
Se pueden formar unos 10 corredores de distintas con longitudes entre los 30 y 135 metros y pendientes de unos 40º-55º sin excesivas complicaciones, salvo que no haya suficiente nieve, lo que precisará técnica mixta, obligando a asegurarse tanto en roca como en hielo.
Esta es quizá una de las zonas menos conocidas. De escasa altitud, su orientación dominante hacia el noroeste permite la acumulación de nieve y hielo durante bastante tiempo si el invierno ha sido copioso en nevadas.
La forma más habitual para llegar es desde la Barranca o desde el Alto de las Guarramillas.
Pueden formarse hasta 10 vías o corredores de poca longitud (entre 35 y 120 metros) con inclinaciones que oscilan en torno a los 35º, aunque algún tramo corto puede superar los 50º.
Las laderas noreste de la Najarra pueden contener algunas vías interesantes no muy frecuentadas.
En esta zona pueden subirse unas siete vías o corredores que según sea de duro el invierno pueden presentar mayores o menores dificultades por los escarpes rocosos que existen. Sus longitudes oscilan entre los 70 y 150 metros con inclinaciones entre los 30º y 40º.
La sierra de Guadarrama puede mostrar su cara más dura en invierno. La nieve, el hielo, las nieblas y el viento configuran un paisaje de alta montaña, a veces engañoso. Las condiciones pueden cambiar rápidamente de forma inesperada. La niebla o la ventisca pueden aparecer súbitamente. Las bajas temperaturas, la humedad y el viento pueden provocar una sensación térmica muy baja y un serio riesgo de congelación. Por ello es fundamental seguir los consejos básicos de seguridad, ir bien preparados y saber actuar ante imprevistos que pueden ocasionar serios problemas.
Nunca debemos subestimar a la montaña pues siempre estamos en desventaja. El material más técnico ayuda, pero la experiencia y el sentido común son los mejores aliados. Siempre se debe estar muy atento para prevenir los accidentes.
El viento provoca una sensación térmica inferior a la temperatura real, es decir, con una temperatura de -10ºC y vientos de 40 Km/h, la sensación térmica es de -30ºC. En menos de un minuto se pueden congelar las partes del cuerpo expuestas al viento. Esta relación es de vital importancia tenerla en cuenta, pues lamentablemente se producen accidentes con resultado nefasto.