Demasiada luz para los anfibios
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
Los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazado de todo el planeta. Un tercio de las especies (32,4%) se encuentran en peligro y casi la mitad (42,5%) muestra una tendencia negativa a nivel global. Dada la precariedad de su estado de conservación, resulta de gran interés la investigación sobre las causas que contribuyen a su declive. Los esfuerzos se están centrando en enfermedades emergentes que los amenazan a nivel global o las interacciones negativas que pueden existir con especies invasoras, pero existen otros tipos de impactos de origen antropogénico cuyos efectos sobre los anfibios no deberían ser subestimados. Entre ellos, podemos encontrarnos con la iluminación artificial. La contaminación lumínica está presente en prácticamente todo el mundo, afectando a zonas urbanas, rurales y hábitats adyacentes.
Siendo de costumbres nocturnas o crepusculares al evolucionar bajo ciclos naturales de iluminación, una variación lumínica puede suponer la alteración de ritmos biológicos regulados por la iluminación, y, como consecuencia, del comportamiento, fisiología y ecología de los anfibios. Con respecto al comportamiento, se ha visto que especies aclimatadas a espacios urbanos como el sapo de caña (Rhinella marina) muestra fototaxis positiva posiblemente porque mejora el éxito en la búsqueda de alimento. Especies de anfibios nocturnas expuestas a iluminación artificial pueden tender a buscar refugio, pudiendo ser debido a un intento de disminuir las probabilidades de ser depredados.
La introducción de luz artificial puede alterar la producción de melatonina en salamandras, una hormona responsable de numerosos aspectos fisiológicos. También puede conllevar una variación en las tasas metabólicas de las salamandras y, por tanto, de sus demandas energéticas. En circunstancias de alta demanda energética como ante una baja disponibilidad de alimento o la producción de huevos, este efecto puede ser muy influyente. Larvas de rana de uñas africana (Xenopus laevis) expuestas a mayores niveles de iluminación experimentan una metamorfosis retardada en comparación con larvas expuestas a oscuridad. En anuros, dado que su globo ocular está adaptado a condiciones de iluminación natural, pueden sufrir irregularidades en la retina y una disminución de sus capacidades visuales. Un incremento de iluminación repentino puede requerir un largo periodo de recuperación visual antes de volver a adaptarse a la oscuridad, haciéndoles más vulnerables a los depredadores.
Con respecto a la ecología de los anfibios, en concreto comportamiento reproductor, se ha observado una alteración en la elección de pareja por parte de hembras de ranas túngaras (Engystomops pustulosus) y de frecuencias de llamadas de los machos. Otro estudio corroboró dichos resultados, encontrando que los machos de rana verde (Lithobates clamitans) emiten menos llamadas de advertencia en presencia de luz artificial, pudiendo afectar a su éxito reproductor y a la dinámica de la población (Baker & Richardson, 2006).
A pesar de la escasez de información actual acerca del impacto de la contaminación lumínica sobre los anfibios, la existente muestra claramente una afectación directa sobre aspectos fisiológicos, ecológicos y de comportamiento. Futuros proyectos de conservación de anfibios deberían tener presente la problemática de la iluminación artificial, sobre todo en zonas donde se tenga la constancia de la presencia de especies amenazadas o vulnerables. A su vez, se debería intentar indagar en métodos de iluminación artificial más inocuos y menos influyentes en los ecosistemas.