Bacterias lácticas para la leche, el yogur y... contra la quitridiomicosis
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
La cría en cautividad de anfibios ha adquirido gran auge a partir de la década de 1990, debido a la drástica disminución de especies silvestres por el deterioro del hábitat y las enfermedades infecciosas. Sin embargo, la cría en cautividad de anfibios no solamente se realiza para la conservación de especies, sino también para proveer carne para una población mundial en constante crecimiento y para la obtención de moléculas de interés farmacológico (péptidos antimicrobianos, antidiabéticos, hormonas, etc).
Las enfermedades infecciosas bacterianas (síndrome de la pata roja), fúngicas (quitridiomicosis) y virales (iridovirus) producen una alta tasa de mortalidad en la naturaleza, pero también en sistemas de cría intensiva de anfibios. En condiciones de cautividad, las medidas preventivas/terapéuticas tradicionales utilizan antibióticos, antifúngicos y/o antisépticos que incrementan los costos de producción, alteran las microbiotas autóctonas e inducen daños ecológicos.
Como ya os contamos en una entrada anterior, los probióticos se usan cada vez más como alternativa al uso de los quimioterapéuticos. Por probiótico se entiende “microorganismos vivos que, añadidos en concentraciones adecuadas, ejercen un efecto benéfico en el hospedador” y, además, según algunas investigaciones mejoran también la calidad del agua en acuicultura.
Los productos probióticos son generalmente formulados con bacterias lácticas, especies relacionadas (Bifidobacterium) y/o Bacillus. Las bacterias lácticas representan un grupo microbiano versátil que habita diferentes nichos ecológicos y su efecto probiótico ha sido demostrado en hospedadores endotermos y ectotermos.
Los anfibios no constituyen un caso aislado, ya que se ha demostrado que las bacterias lácticas integran la microbiota de la piel de la rana toro, y ya se han seleccionado bacterias lácticas autóctonas como potenciales candidatos probióticos para la prevención del síndrome de la pata roja en condiciones de cría en cautiverio. Por otro lado, la rana toro es frecuentemente portadora de Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), el agente causal de la quitridiomicosis. Por lo tanto, las bacterias lácticas asociadas a piel de rana toro podrían ser un eficaz probiótico para otras especies de anfibios susceptibles a la quitridiomicosis.
Con el objetivo de formular un producto probióticos con bacterias lácticas autóctonas de piel de rana toro, el grupo de INSIBIO-Universidad Nacional de Tucumán (Argentina) liderado por Sergio Pasteris, ha evaluado la actividad anti-Bd de bacterias lácticas frente a diferentes genotipos de Bd de Sudamérica y, recientemente, de cepas de Bd aisladas en España.
Los estudios de actividad anti-Bd, asociados a la evaluación de la capacidad de las bacterias lácticas capaces de colonizar mucosas, permitió seleccionar microorganismos potencialmente probióticos para la prevención de la quitridiomicosis. Sin embargo, aún es necesario realizar ensayos in vivo que permitan demostrar el efecto benéfico/protector en anfibios infectados por Bd.
Se abre así una nueva esperanza para el tratamiento ex situ e in situ de especies amenazadas por el hongo asesino y, esta vez, de mano de una especie invasora que causa problemas serios de conservación en amplias área del planeta..