Peces, cangrejos (y hongos) a debate

En el municipio de Alpedrete, justo en el límite de la zona periférica de protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, se encuentran enclavadas mas de un centenar de canteras de granito abandonadas. La gran mayoría de estas son de tamaño reducido y, junto con las escasas charcas temporales propias de la zona, mantienen una rica comunidad de anfibios con especies tan interesantes como el tritón ibérico (Lissotriton boscai).

Aunque se trata de un sistema creado básicamente por el hombre, los anfibios saben sacar provecho de cualquier medio favorable, y hasta la década de los 80 la comunidad de anfibios de la zona era realmente importante. Por desgracia, unas pocas canteras de la zona son mucho más grandes y mantienen agua todo el año, y ahí radica el problema. Los anfibios han evolucionado, durante millones de años, para ocupar pequeñas masas de agua que, precisamente por su carácter temporal, no permiten la existencia de peces y otros grandes depredadores, por lo que en general no han desarrollado sistemas defensivos contra ellos.

Al tratarse de una zona tan próxima al núcleo urbano, la aparición de peces introducidos, galápagos de Florida, cangrejos de río americano, etc, era inevitable, y desde hace ya varias décadas las canteras de Alpedrete contienen especies animales de medio mundo. Por desgracia, estas masas de agua permanentes se comportan de reservorio de cangrejos y gambusias, por lo que ya ni siquiera las masas de agua temporales de la zona se encuentran libres de depredadores.

Por si fuera poco, recientemente hemos comprobado que el hongo asesino que mata a los anfibios también puede desarrollarse en el aparato digestivo de los cangrejos de río, por lo que además de un eficaz depredador de anfibios, este organismo podría ser un eficaz reservorio y vector de transmisión de la quitridiomicosis.