Una enfermedad, múltiples respuestas
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
La corticosterona es la principal hormona que regula la respuesta al estrés en anfibios, y es considerada un buen indicador de su estado fisiológico. Por lo tanto, resulta interesante estudiar sus niveles bajo una condición estresante, como es la infección fúngica por hongos quitridios.
En nuestro trabajo recién publicado comparamos los niveles de corticosterona en animales infectados y no infectados con el hongo quitridio Batrachochytrium dendrobatidis en dos especies de anfibios con distinto grado de susceptibilidad a la infección: Bombina variegata e Hyla arborea.
Larvas de ambas especies procedentes de Hungría fueron infectadas experimentalmente en el laboratorio poniéndolas en contacto con larvas invernantes de salamandra común (Salamandra salamandra) procedentes del Macizo de Peñalara. Como ya comentamos en otra entrada del blog, actualmente las larvas de salamandra son el principal reservorio de la enfermedad durante el invierno, y perpetúan la infección en Peñalara ya que infectan a las larvas del año y a los ejemplares adultos cuando se acercan al agua para reproducirse.
Como era de esperar, los ejemplares de las dos especies estudiadas presentaban mayores concentraciones de corticosterona cuando se infectaban con el hongo quitridio. Además, y también como era de esperar, la proporción de larvas infectadas fue mayor en el caso de B. variegata que en H. arborea, confirmándose experimentalmente que H. arborea es menos susceptible a la quitridiomicosis.
Sin embargo, a pesar de que de forma natural H. arborea presenta mayores niveles de corticosterona, y de que B. variegata es más susceptible a contraer la infección, la proporción de ejemplares que consiguieron metamorfosearse durante el experimento fue superior en B. variegata. Durante la metamorfosis los niveles de corticosterona son más elevados de lo habitual, pero una elevación extraordinaria en estos niveles puede afectar al correcto desarrollo del proceso. Es decir, aunque puede que los altos niveles de corticosterona hagan a H. arborea más resistente a contraer la infección, es posible también que la infección comprometa su desarrollo larvario al motivar niveles muy elevados de corticosterona.
Este trabajo ha demostrado, una vez más, los importantes costes que supone la quitridiomicosis para los anfibios en una de las etapas más importantes de su ciclo vital, la metamorfosis. Además, este trabajo pone de manifiesto las enormes diferencias en la respuesta a la infección de las diferentes especies, por lo que un estudio individualizado para cada especie resulta crucial para desarrollar metodologías para combatir la enfermedad.