¿La fotografía como vector de transmisión de enfermedades?
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
Cada vez somos más los que consideramos a los anfibios unos seres fascinantes por su increíble biología y también por su apariencia. Los vivos colores, las formas llamativas o los comportamientos sorprendentes de estos animales los hacen ser foco de espectaculares fotografías. Por eso, y cada vez más, muchos fotógrafos aficionados y profesionales se están acercando a los anfibios.
Aunque los aficionados a la fotografía de anfibios suelen tener un gran respecto y admiración por estos animales, el desconocimiento de la existencia de enfermedades infecciosas de anfibios está contribuyendo a que se expandan rápidamente por todo el planeta. Como sabemos, ya son centenares las especies de anfibios las que se han extinguido a causa de los patógenos introducidos, y muchas más poblaciones están en peligro por este problema. Los agentes infecciosos que causas estas enfermedades, como los hongos Bd y Bs, pueden permanecer activos durante horas en cualquier material que entre en contacto con el agua o en las botas, y otros agentes como los ranavirus resisten incluso la desecación completa y sobreviven durante meses.
Los fotógrafos, decididos a captar distintas especies, recorren hábitats muy distantes entre sí con su equipo de charca en charca. Además de cámaras sumergibles y otros equipos que entran en contacto con el agua o con los anfibios, es muy común utilizar, por ejemplo, pequeñas peceras portátiles para alojar a los animales mientras se les fotografía. Desgraciadamente, todo este material usado en fotografía puede convertirse en un vector perfecto de transmisión de patógenos y contribuir, involuntariamente, al declive generalizado de los anfibios. Recuerda además que en muchos espacios protegidos es necesario un permiso para manipular o hacer fotografías a estos animales.
Por todo eso, para conseguir que nuestra afición sea compatible con la conservación de la biodiversidad, es necesario desinfectar todo el material que usemos en el campo antes y después visitar cualquier espacio natural. La lejía doméstica sin diluir, o diluida levemente pero dejándola actuar de forma prolongada, es muy eficaz para destruir cualquier patógeno. Además, existen varios desinfectantes comerciales, como Virkon S que se vende en polvo para mezclar con agua, que son mucho más fáciles de manejar y que podemos aplicar en cualquier superficie.
Podemos hacerlo de forma muy sencilla y rutinaria llevando en el coche un spray con el desinfectante que elijamos y rociar todo el material al terminar de utilizarlo. Es recomendable frotar con un cepillo el barro y otros restos que quedan en nuestras botas y demás equipo a la vez que aplicamos el desinfectante.
Por supuesto, estas recomendaciones son aplicables no solo a los fotógrafos, si no también a todos aquellos que visiten a menudo medios acuáticos con distintos fines como por ejemplo la práctica de deportes. En este caso también es vital desinfectar materiales como remos, canoas, etc.
Entre todos podemos correr la voz sobre la necesidad de tomar unas medidas preventivas muy sencillas pero que pueden evitar grandes desastres.