¿Qué está pasando con el ozono?
Equipo SOS Anfibios Guadarrama
El ozono (O3) es un gas natural, conocido ampliamente por ser el filtro de las radiaciones solares en los niveles altos de la atmósfera (estratosfera). Pero en la superficie terrestre (troposfera), sus valores de fondo natural se elevan como consecuencia de las emisiones causadas por la actividad humana, principalmente óxidos de nitrógeno (NO2, NO), compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), monóxido de carbono (CO) y metano (CH4), que provienen del tráfico de vehículos y de la actividad agrícola e industrial. Cuando esto sucede, y sus niveles sobrepasan el fondo natural, se le considera un contaminante atmosférico, catalogado entre los contaminantes secundarios ya que no se genera de forma directa desde un foco emisor.
El incremento de ozono troposférico provoca efectos importantes sobre los seres vivos. Además de sus efectos directos tóxicos como reducción del crecimiento y de la producción vegetal, el ozono puede afectar de forma indirecta a estas comunidades debilitándolas y reduciendo su capacidad de resistencia a otros estreses como sequía, deficiencias nutricionales o infecciones por patógenos. En cuanto a la salud humana, los niveles elevados de este gas producen un incremento de las afecciones respiratorias. Sin embargo, se desconoce completamente su efecto sobre las poblaciones de anfibios.
En las zonas de montaña, las concentraciones de este gas llegan a ser realmente elevadas a pesar de poder encontrarse muy alejadas de las fuentes de emisión de los contaminantes. Es en estas zonas elevadas es también donde la incidencia de la enfermedad de los anfibios, producida por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis es superior; por ello, es especialmente relevante conocer si el aumento de los niveles de ozono podría estar modulando la incidencia de la enfermedad.
Para dar respuesta a esta incógnita, hemos puesto en marcha, junto con el Grupo de Ecotoxicología de la Contaminación Atmosférica del CIEMAT, un interesante y novedoso experimento en la finca de investigación experimental de La Higueruela, perteneciente al Museo Nacional de Ciencias Naturales. En esta finca, el CIEMAT ha puesto en marcha desde hace varios años, una Instalación Experimental de Cámaras Descubiertas, diseñada específicamente para el estudio de los efectos de los contaminantes atmosféricos en la vegetación. Esta instalación permite generar ambientes controlados con distintos niveles de ozono en el interior de pequeños invernaderos circulares (3 m de diámetro x 3 de altura), permitiendo evaluar sus efectos en diferentes aspectos del metabolismo vegetal, su crecimiento y desarrollo.
Aprovechando las posibilidades de la instalación, este año hemos introducido en los invernaderos renacuajos de sapo partero común (Alytes obstetricans) infectados de forma natural con el hongo que compartirán ambientes con otro experimento de trigo que está en marcha este año. Durante las próximas semanas, y con apoyo del personal de la finca experimental de La Higueruela, haremos un seguimiento de los animales. Será interesante apreciar cualquier influencia de los distintos niveles de ozono sobre la intensidad o incidencia de la infección de los renacuajos, que seguiremos hasta la metamorfosis y liberaremos al término del experimento en su hábitat original.
¡Muchas gracias al grupo de Ecotoxicología del CIEMAT por esta oportunidad, y a José María y resto de personal de la finca de La Higueruela por cuidar de los pequeños renacuajos!