Un, dos, tres, al escondite inglés

renacuajoEn la Sierra de Guadarrama las larvas de rana patilarga (Rana iberica) conviven con diversos depredadores, entre los que se encuentra la trucha común (Salmo trutta). Para poder sobrevivir a estos depredadores, las larvas de rana patilarga han desarrollado la fascinante capacidad de detectar las señales químicas producidas por estos (su 'olor'). Así, cuando las larvas detectan la presencia de los peces a través de su olor disuelto en el agua, reducen sus movimientos para evitar ser detectadas, dado que las truchas localizan a sus presas visualmente. Pero en la Sierra de Guadarrama también hay poblaciones de rana patilarga que nunca han convivido con la trucha común, dado que la orografía del terreno ha impedido a las truchas colonizar los pequeños y empinados arroyos donde se encuentran estás poblaciones. Las larvas de estas poblaciones de rana patilarga, por tanto, nunca han estado en contacto con las señales químicas de las truchas, y nos preguntábamos como reaccionarían al entrar en contacto con ellas.

experimento larvaPara responder a esta pregunta, realizamos un experimento en el laboratorio con larvas de rana patilarga de seis poblaciones localizadas en la Sierra de Guadarrama, tres de las cuales conviven con trucha común, y otras tres poblaciones que nunca han entrado en contacto con la trucha. Utilizamos un canalón de PVC en forma de “U” dividido en secciones mediante líneas para testar individualmente el comportamiento de las larvas. En un extremo del canalón poníamos una larva de rana, mientras que en el otro extremo colocábamos un cubito de hielo con señales químicas de trucha común (grupo experimental), o bien un hielo con agua limpia (grupo control). Después, medíamos la actividad de las larvas contando el número de veces que cruzaban cada una de las líneas marcadas del canalón durante cinco minutos.

arroyo patilargaLos resultados del experimento mostraron que, tanto las larvas de las poblaciones que conviven con trucha, como las de poblaciones que nunca han convivido con este depredador, redujeron significativamente sus movimientos cuando el cubito de hielo contenía señales química de trucha. Por lo tanto, parece que este comportamiento es innato y no aprendido, ya que las larvas de todas las poblaciones mostraron el mismo comportamiento antidepredatorio.

¿No es fascinante nacer sabiendo como escapar a un depredador sin ni siquiera llegar a verle?