¿Es abundante el corzo en el Parque Nacional?

El corzo es una especie fundamental en los ecosistemas forestales de Guadarrama, no sólo por su belleza, sino por el papel que desempeña en la percepción del paisaje que cada persona que nos visita se lleva de su experiencia en el Parque.  Su función no se limita a sus valores estéticos, ya que este pequeño cérvido es un excelente indicador de los usos y aprovechamientos que se realizan en este espacio, y además, es un testigo vivo de la propia historia de Guadarrama. El corzo se conoce en el Parque desde el Pleistoceno Medio y Superior, tal y como atestiguan los numerosos restos del yacimiento de Pinilla del Valle, sirviendo además durante esta época como refugio durante las últimas glaciaciones del Cuaternario a diferentes poblaciones europeas de la especie. Además, durante las últimas décadas, estas poblaciones han funcionado como refugio y fuente de corzos hacia las zonas más bajas de ambas vertientes del Parque.

El seguimiento de las poblaciones de corzo se ha desarrollado en la zona de estudio desde el año 1997, con diferentes trabajos de investigación (censos, genética, estado sanitario, fisiología, etc.), primero a través del Parque Natural de Peñalara y actualmente a través del Centro de Investigación del Parque Nacional. Los datos de abundancias obtenidos durante estas últimas décadas, confirman que aunque las poblaciones de corzo de las zonas más bajas de ambas vertientes, han sufrido una gran expansión, las poblaciones de la Sierra no han experimentado un aumento significativo en sus densidades durante estos años. Sin embargo, las poblaciones de Guadarrama, sí han servido de fuente de ejemplares hacia las poblaciones del piedemonte y de la campiña de la Comunidad de Madrid, donde la presencia de corzo era desconocida hasta hace unos pocos años, manteniendo y conservando sus efectivos.

corzosCorzos en las inmediaciones del parque nacional. Autor: Santiago Martín.

El mes de marzo es muy adecuado para la realización del censo de esta especie…y cada vez más. Sus poblaciones al final del invierno y a principios de primavera se distribuyen de manera bastante uniforme. Este es una premisa básica para no cometer imprecisiones en la estima de sus densidades. En esta época la mayoría de los ejemplares van solos o en parejas, normalmente la madre con la cría, nacida en mayo del año anterior. Si decimos que cada vez marzo es el mes más adecuado, es porque años atrás, la nieve impedía a menudo acceder a muchas zonas altas para realizar los itinerarios cercanos a las cumbres, situación que cada vez es más inusual.

En el desarrollo del censo, se ha aplicado la técnica de itinerarios a pie basados en la distancia de detección. Este es un tipo de muestreo ampliamente utilizado en censos de fauna debido a su facilidad de uso y la disponibilidad de software libre, siendo consideradas técnicas relativamente baratas para la estimación de densidades de poblaciones a través de modelos basados en la probabilidad de detección.

CybertrackerCapturas de pantalla de la aplicación realizada para el muestreo de corzo en CybertrackerEntre los factores que influyen en la probabilidad de observar un ejemplar, podemos destacar las limitaciones del observador (fatiga, visión, destreza para moverse en silencio), las variables del hábitat (cobertura vegetal, relieve), la velocidad de muestreo, las condiciones meteorológicas (dirección e intensidad del viento, lluvia), el tipo de suelo sobre el que caminamos (pedregoso, con hojas secas, etc.) y las variables relacionadas con la especie (sexo, tamaño, comportamiento, coloración). En este aspecto resulta obvio que la experiencia de los observadores aumenta significativamente la probabilidad de detección de los animales. Para medir la distancia de observación hemos utilizado telémetros láser y magnetómetros o brújulas para calcular el acimut.

Los datos de abundancias encontrados básicamente han oscilado en función del tipo de hábitat, la presión del uso público, los trabajos forestales y los aprovechamientos cinegéticos. A grandes rasgos, los bosques del Parque Nacional y su Zona Periférica de Protección, mostrarían densidades entre 4 y 6 ejemplares por km2, lo que situaría a la población en una densidad media con respecto al ámbito de distribución de la especie en toda Europa. Sin embargo, lo que sí llama la atención es el desequilibrio de sexos encontrado durante muestreo, más de 2 hembras por cada macho, en una especie que de forma natural debería tener una ratio de 1:1.

Parece evidente que desde la declaración del Parque Nacional en el año 2013, han acontecido una serie de circunstancias que podría influir tanto en la abundancia como en la distribución del corzo, por lo que mantener un seguimiento de sus densidades de forma periódica resulta imprescindible para su conservación. Entre estas circunstancias es especialmente relevante en los últimos años el efecto llamada que la declaración del Parque Nacional ha tenido en el desmesurado aumento del uso público, en el desajuste de las actividades cinegéticas y el furtivismo y en el manejo forestal inadecuado de algunas masas de bosque natural de pinar silvestre privado.

En la actualidad en el Parque Nacional se considera prioritaria la conservación de las poblaciones de corzo debido a que esta especie constituye una parte importante de la dieta de especies prioritarias para Europa como el lobo ibérico y otros grandes depredadores protegidos como el águila real, siendo además un importante indicador de los usos del territorio y un recurso cinegético en la Zona Periférica de Protección del Parque Nacional. Además, los datos de abundancia y estima de densidades permiten evaluar de forma adecuada los planes técnicos de aprovechamiento cinegético de los cotos privados presentes en la zona, que requieren informe del Parque Nacional para su aprobación.