Seguimiento de fresas silvestres: colaboración internacional ante la covid19
Jose Luis Izquierdo, Aurora de la Rosa y Martijn L. Vandegehuchte
Como comentamos en el artículo del pasado 29 de abril de 2020, el Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación dependiente del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama tomó el relevo del equipo de investigadores principales debido a la imposibilidad de trasladarse para realizar las mediciones de seguimiento por la pandemia.
Basado en el proyecto inicial, un proyecto europeo BiodivERsA de mayor envergadura denominado -PlantCline: “Adapting Plant Genetic Diversity to climate change along a continental latitudinal gradient”- empezará en marzo y será llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Gante, la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, la Universidad de Turku, la Universidad de Málaga y la Universidad de Helsinki. Este proyecto investigará cómo afectan los enemigos naturales y la sequía a las defensas y comportamiento de la fresa silvestre a lo largo de un gradiente latitudinal, si esos cambios en los rasgos de las plantas están determinados, en mayor medida, por su genotipo o por las condiciones ambientales, así como cuáles son los mecanismos fisiológicos y genéticos subyacentes. Este gradiente se refleja en cinco jardines comunes, de los cuales, el situado más al sur se ubica en el citado Centro de Investigación.
En el medio natural, esta especie puede encontrarse en el norte de España desde el nivel del mar, buscando zonas de sombra o media sombra en laderas arboladas. Sin embargo, en el centro y sur la sequía estival propia del clima mediterráneo hace que escaseen más y vivan en las montañas. De hecho, en el sistema central es una planta rara y en general no supera los 1700 m de altitud, refugiándose en sotobosques húmedos de melojares, pinares mesófilos y saucedas de los arroyos de montaña. Es más frecuente en las sierras de Gredos y Ayllón que en la Sierra de Guadarrama, con un clima menos lluvioso que las anteriores. Por tanto, es esperable que esta sequía estival sea uno de los factores limitantes para el desarrollo de las plantas de fresa silvestre que crecen en nuestras parcelas experimentales, tratándose de uno de los factores sobre el comportamiento de la planta que este proyecto pretende estudiar.
Teniendo ya los datos disponibles de toda la temporada pasada, sabemos que el 68,75% de las plantas han florecido, y el 63,44% han producido frutos maduros con semillas bien desarrolladas. Se ha observado que la sequía estival ha afectado al final del periodo de maduración de los frutos, no permitiendo la maduración de los más tardíos.
Esta sequía ha producido también un efecto importante en la supervivencia de las plantas. Al final del periodo de estudio, casi la mitad de las plantas (47,5%) se han visto afectadas gravemente por la sequía, y la mayor parte de ellas se encontraban bajo los tejadillos que interceptan el 50% de la precipitación recibida.
Por otro lado, las plantas se han visto muy poco o nada afectadas por la herbivoría, ya que solo el 3% de las que han sobrevivido presentan daños y éstos son leves.
Una vez finalizada la temporada y con las nevadas que están teniendo lugar durante este invierno, las parcelas se encuentran cubiertas por un manto de nieve, aunque en los periodos entre nevadas se producen episodios de deshielo. Se puede observar el efecto de los tejadillos -cuya protección favorece en mayor medida este deshielo- ya que algunas de las macetas que se encuentran bajo ellos asoman ligeramente, mientras que las demás permanecen cubiertas.
Queda aún por analizar detenidamente cuál ha sido el efecto de las condiciones impuestas por los tejadillos sobre los distintos genotipos, así como el efecto de su interacción en el desarrollo y la fenología de las plantas para cumplir con algunos de los objetivos establecidos en el proyecto:
- Generar conocimiento sobre los mecanismos de adaptación climática en las plantas.
- Crear pautas de conservación de la diversidad funcional de las plantas en los ecosistemas naturales bajo el cambio climático.
En los próximos meses, nuevas plantas de los mismos 16 genotipos procedentes de toda Europa serán establecidas en el jardín común del Centro de Investigación así como en las otras cuatro localizaciones dispuestas a lo largo del gradiente latitudinal, con el fin de repetir el experimento. Este año utilizaremos macetas de mayor tamaño con capacidad de retener la humedad durante más tiempo para reducir la mortalidad provocada por la sequía. Asimismo, se emplearán plántulas cultivadas en maceta en lugar de estolones para dotarlas de unas mejores condiciones iniciales. En la actualidad las plantas se están produciendo en un invernadero de Finlandia, y se está preparando su transporte a cada uno de los jardines.
Esperamos que el equipo internacional pueda reunirse en el Parque Nacional de nuevo esta primavera, para llevar a cabo la siguiente fase del experimento y ponernos al día e intercambiar ideas.