Diario de un investigador: trabajos de seguimiento en tiempos de pandemia
Aurora de la Rosa y Jose Luis Izquierdo
A pesar de la emergencia sanitaria en la que estamos inmersos y del confinamiento de casi toda la población mundial, la naturaleza sigue su curso. Ella no entiende de paralizaciones temporales de la economía ni distingue entre trabajos esenciales y no esenciales; para ella el ciclo de la vida siempre es y ha sido esencial.
Como comentamos en artículos pasados, el Centro de Investigación ‘Sierra de Guadarrama” está colaborando con la Universidad de Gante, la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, la Universidad de Turku y la Universidad Rey Juan Carlos en un proyecto común investigando cómo afectan los enemigos naturales y la sequía a las defensas y comportamiento de la fresa silvestre a lo largo de un gradiente latitudinal. Este gradiente se refleja en cinco jardines comunes, de los cuales, el situado más al sur se ubica en el citado Centro de Investigación.
Este seguimiento lo venían realizando los investigadores internacionales que lideran el proyecto: Martijn L. Vandegehuchte, Johan Stenberg y Anne Muola. Sin embargo, debido al estado de emergencia sanitaria derivado de la pandemia del coronavirus COVID-19, el transporte extrafronterizo está prohibido, las fronteras cerradas, la población mundial confinada en sus casas y los trabajos reducidos a la mínima expresión, por lo que los investigadores del Centro de Investigación ‘Sierra de Guadarrama” hemos recogido el testigo y continuado con las mediciones para que la toma de datos no se vea interrumpida.
Es primavera y la Naturaleza despierta tras el invierno mostrando sus primeras flores, por lo que toca por un lado evaluar la supervivencia invernal de las plántulas y cuantificar la floración, así como la aparición de posibles daños por herbivoría o enfermedades y su comportamiento.
Esta primavera, afortunadamente, está siendo lluviosa, por lo que estamos aprovechando periodos entre chaparrón y chaparrón, para completar de forma continuada las mediciones necesarias. La supervivencia de las plantas después del invierno ha sido extraordinaria, ya que la totalidad de ellas han sobrevivido. Sin duda ha sido clave el excelente trabajo de trasplante y reducción a una planta por maceta que realizó Martijn en diciembre.
En una primera estimación efectuada el 6 de abril para valorar el estado de la floración, hemos detectado que un 5% de las plantas del jardín común habían florecido. Nuestros colegas nos comentan que este momento ha coincidido aproximadamente con el de los otros jardines comunes situados más al norte. Dos semanas después, en una segunda valoración en la que ya hemos completado el formulario de datos destinados a evaluar distintos parámetros relacionados con la floración, se ha detectado ya un porcentaje de plantas con flor cercano al 30%. En las flores se han observado algunos daños por helada: el 38% de las flores presentan en mayor o menor medida algún daño, aunque leves en la mayoría de los casos. Habrá que verificar más adelante si estos daños han comprometido o no la producción de frutos. En cuanto a daños producidos por invertebrados florívoros, apenas han existido en el momento de la toma de datos.
Ese trabajo de seguimiento realizado desde el Parque, resulta vital para proteger y conservar los valores naturales aportando información rigurosa y actualizada, basada en el conocimiento científico y técnico, que resulta fundamental para la toma de decisiones en la gestión. Información que, en muchos casos, lleva recopilándose desde hace años, y de la que se tienen bases históricas cuya interrupción iría en detrimento de la protección y conservación de hábitats protegidos y especies amenazadas, como por ejemplo:
- el nivel de oxígeno de la laguna de Peñalara
- la colonia de buitre negro
- la población de herpetofauna
- la calidad ecológica de los ríos
- Serie de datos meteorológicos y climáticos.
Además, existen otros seguimientos que, por su propia naturaleza, sólo pueden llevarse a cabo ahora en primavera, como la toma de datos sobre la floración de las fresas silvestres, por ejemplo.
Es por ello que la ciencia, los proyectos y los seguimientos de este espacio protegido no se paran ante esta pandemia, incluso aunque haya que organizarse para realizar los muestreos de forma individual y únicamente con los investigadores que viven en el territorio.
¡Estad atentos al próximo artículo este verano!