¿Cómo afectan a las plantas la sequía y los enemigos naturales?

El Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama está colaborando con un equipo multidisciplinar de investigadores de diferentes Universidades europeas: Martijn L. Vandegehuchte (Universidad de Gante), Johan A. Stenberg (Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas), Anne Muola (Universidad de Turku) y Marcos Méndez Iglesias (Universidad Rey Juan Carlos), en un proyecto pionero denominado “Efectos de la sequía y de la composición de la comunidad de enemigos sobre la selección de rasgos defensivos en la fresa silvestre a lo largo de un gradiente latitudinal”.

La composición de las comunidades ecológicas está cambiando a un ritmo sin precedentes. Los cambios en la complejidad de las comunidades, o sea, en el número y abundancia de las especies componentes, alteran la intensidad de los diferentes tipos de interacciones ecológicas. En este proyecto nos centramos en las interacciones entre la fresa silvestre (Fragaria vesca) y sus enemigos naturales.

La fresa silvestre es una especie que se distribuye ampliamente por el hemisferio norte, aunque tiene preferencias claramente septentrionales. Alcanza la región mediterránea en el sur de Europa, refugiándose en bosques frescos y húmedos de las montañas, como ocurre en la Sierra de Guadarrama. Debido a las exigencias ecológicas que presenta, es probable que sea una especie sensible a las variaciones producidas por el cambio climático.

La capacidad de una planta para defenderse de modo eficiente no solo depende del conjunto de especies enemigas, sino también del grado de estrés ambiental. Una de las principales fuentes de estrés causadas por el cambio climático es la sequía estival. Nuestro conocimiento sobre la influencia de la complejidad de enemigos sobre la evolución de las defensas vegetales es muy reducido. Sabemos todavía menos sobre cómo el efecto de los enemigos naturales sobre la capacidad de las plantas para evolucionar defensas eficaces interacciona con los factores abióticos de estrés como la sequía veraniega estival, que según todos los pronósticos va a aumentar en frecuencia y severidad debido al cambio climático.

Para dar respuesta a estas incógnitas, se ha diseñado un experimento a gran escala a lo largo de un gradiente latitudinal en Europa. En cinco lugares desde el Mediterráneo hasta el mismo norte de Europa, se han instalado jardines comunes, cada uno de los cuales contiene plantas de fresa que corresponden a 16 genotipos de toda Europa. La mitad de las plantas están expuestas a un tratamiento de sequía mediante cobertizos de exclusión de lluvia. Estudiaremos la comunidad local de enemigos en cada localidad, que se espera disminuya en complejidad de sur a norte. También examinaremos la tolerancia y la resistencia de las plantas, así como las defensas contra esos enemigos, y cómo se relaciona todo ello con la eficacia biológica de las plantas.

Este estudio nos dará también pistas sobre qué podría ocurrir con otras especies de similar distribución y ecología que habitan en las montañas del centro peninsular, algunas de las cuales se encuentran amenazadas.

  

030 02 Tejadillo fresasParcelas con los tejadillos y las fresas colocadas. Autor: Jose Luis Izquierdo