¿Una vida sin insectos?
Ángel Rubio
En los últimos años estamos conociendo las conclusiones demoledoras de muchos trabajos científicos, en donde los entomólogos están clamando al cielo por la reducción alarmante de los insectos, tanto en número de especies, como en su biomasa. Por ejemplo en Alemania, se ha observado una reducción del 76% de los insectos voladores en las últimas décadas. Las mariposas se han reducido un 58% en Reino Unido. El 41% de los insectos están en declive…. Realmente, ¿Qué está pasando? ¿Será la sexta extinción masiva como algunos pronostican?. Lo que sí sabemos es que la agricultura intensiva y los pesticidas sistémicos aplicados, está afectando muy negativamente a estos pequeños seres, que mueven la vida en nuestro planeta. A lo que hay que añadir el cambio climático, que podría estar afectando a la biodiversidad desde hace unas décadas, o las especies exóticas invasoras. Además los insectos siempre han estado estigmatizados, son molestos, algunos “pican”, otros dañan cultivos y es más, todos los insectos los englobamos en el grupo que comúnmente denominamos como “bichos”, por supuesto despectivamente hablando.
Sin embargo, sus funciones son realmente imprescindibles e irreemplazables, por los servicios que generan a la sociedad. La más importante, la polinización, esa relación compleja insecto-planta que pasa inadvertida, y que sin embargo asegura la supervivencia de las plantas. Es más, el 75% de los cultivos del mundo dependen de estos polinizadores. Pero no sólo polinizan, sino que son parte esencial del ecosistema Tierra, reutilizan y reciclan la materia orgánica y muchos otros vertebrados dependen de los insectos por ser su base alimenticia, como numerosas aves, anfibios, reptiles y peces.
En la Sierra de Guadarrama se estima que habitan unas 15.000-20.000 especies de insectos. Aunque realmente conocemos un 15%, de los presentes, en la sierra viven una de cada tres especies de la Península Ibérica. Para hacernos una idea, el Sistema Central, y por ello la Sierra de Guadarrama es un refugio de biodiversidad entomológica entre dos amplias mesetas muy alteradas por procesos agrícolas intensivos. Aunque dentro de esta pequeña isla biodiversa, entomológicamente hablando, existen muchas presiones y cambios acontecidos en las últimas décadas. Son muchos los investigadores que realizan sus trabajos en nuestro Parque Nacional, aunque a nivel entomológico son contados. Sin embargo, dentro de este desconocimiento general, somos una excepción al conocimiento respecto de otros lugares casi inexplorados. Se conocen más de 120 especies de mariposas diurnas, a los que los expertos llaman ropalóceros, más de 40 especies de libélulas, más de 100 especies de hormigas, casi 300 especies de abejas y abejorros, y así hasta las cerca de 3.000 especies conocidas.
Actualmente el conocimiento sigue, y recientemente el grupo de entomología de la Universidad de Alcalá, que encabeza el Dr. Vicente Ortuño, ha descubierto una treintena de nuevas especies para la ciencia, e incluso un género nuevo, Guadarramasoma, un decápodo o milpiés desconocido hasta el año pasado que vive en el medio sub-superficial. Otra investigadora, la Dra. Concepción Ornosa, la mejor conocedora de los Apidae de la Sierra de Guadarrama, también viene observando un declive generalizado de las abejas y abejorros en la Península Ibérica, y también en la Sierra de Guadarrama. El Centro de Investigación también ha observado como nuevas especies de insectos, de latitudes más bajas, han empezado a colonizar nuestra Sierra, y por el contrario otras especies como el ésnido Aeshna juncea, o la mariposa Apolo, están en riesgo de desaparición de nuestra querida Sierra, en la que el Cambio Global parece estar detrás de esta grave regresión. Otras muchas especies de mariposas, odonatos o tricópteros, entre otros grupos, están subiendo altitudinalmente en nuestra Sierra, buscando un óptimo ecológico que les permita subsistir. Por ello también, la Sierra de Guadarrama es un observatorio de esos cambios tan drásticos que se están produciendo desde hace unas décadas.
Por todo lo anterior, aportamos nuestro granito de arena para concienciar de esta grave situación, para que cuando veamos un simple “bicho” en nuestro camino, o se cruce en nuestras vidas, pensad en el bien que está haciendo en nuestro ecosistema, y en definitiva en la vida del Planeta.