Olmos de montaña: nos preocupa la baja producción de semillas viables
El Centro de Investigación del Parque Nacional, en colaboración con el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), dependiente también de la Comunidad de Madrid, y la Universidad Politécnica de Madrid, trabaja entre otros proyectos en el seguimiento de las poblaciones del olmo de montaña (Ulmus glabra) en el Parque Nacional, con el fin de sentar las bases de un proyecto de conservación de estas poblaciones relictas.
La principal amenaza que presentan estas poblaciones de olmos de montaña, en la actualidad, es la existencia de un brote de grafiosis que fue detectado hace seis años y que afectó a la mitad de los individuos que forman el grupo más numeroso del Parque Nacional.
Uno de los objetivos del seguimiento y el estudio que se lleva a cabo es la producción de planta para futuros e inmediatos reforzamientos, tanto a partir de semilla como a partir de estaquilla procedente de individuos sanos de la población. Se dispone para ello de plántulas producidas durante los dos últimos años en los viveros del IMIDRA que son mimadas hasta el momento de su próxima reintroducción en el medio.
Hace unos días, en plena época de producción de semilla de los olmos, se ha observado una abundante producción de la mayor parte de los árboles sanos, estando sus copas rebosando de ramilletes de frutos. Se recolectaron gran cantidad de ellos, aunque la sensación era que gran parte estaban vacíos o no se habían formado bien. En el laboratorio se confirmaron las sospechas, obteniéndose únicamente un 7,2 % de semillas bien formadas, resultando vanas la mayor parte de ellas. Incluso algunos de los individuos sólo llegaron a producir un 1% de semillas viables.
La escasa producción de semillas viables ha sido una constante en el seguimiento de la población. Este aspecto parece ser habitual en otras especies de olmos ibéricos y los científicos que han detectado el fenómeno lo argumentan como una estrategia frente a la predación de las semillas que permite proteger las semillas viables, dificultando su localización a los predadores.
Pero también cabe preguntarse si lo ocurrido esta temporada pueda ser el resultado de otros factores locales tales como la elevada precipitación durante el mes de marzo y especialmente en abril. En estos meses tiene lugar la polinización, proceso clave y fundamental en la formación de las semillas. Precipitaciones elevadas en estos periodos críticos pueden condicionar de forma decisiva la producción de semillas y frutos en algunas especies anemófilas, como han indicado algunos autores.
Una vez plantadas las semillas en alvéolos, sólo queda esperar que la germinación sea lo más exitosa posible y podamos obtener una cantidad satisfactoria de plantones.