¿Está afectando el Cambio Global a los ríos de la Sierra de Guadarrama?

Lozoya altoEl Centro de Investigación (CISE) mantiene desde el año 2006, una red de seguimiento de la temperatura del agua del río Lozoya. Está compuesta por cuatro registradores automáticos de la temperatura, a lo largo del gradiente altitudinal del río. Estos sensores graban cada 10 minutos la temperatura del agua del río. A partir de estos datos, es posible calcular la temperatura media horaria, diaria, mensual y anual del río Lozoya en un punto dado. Además, es posible recomponer y estimar a una escala espacio-temporal las temperaturas del Lozoya durante este periodo. En definitiva, es una apuesta del Parque Nacional como observatorio del Cambio Global y gestión adaptativa.

Como era previsible, los resultados de la red han reflejado lo esperado de acuerdo a la temperatura ambiental ¡¡El año hidrológico 2014-2015 ha sido el de mayor temperatura media del agua de los últimos 10 años! Y aunque la temperatura media anual del agua del Lozoya es propia de aguas frías (a una cota de 1452 metros es de 7,27 °C), la temperatura está subiendo, con importantes repercusiones sobre las poblaciones que lo habitan.

En relación al Cambio Global se han podido observar ciertas tendencias a lo largo de estos años. En concreto se ha observado un incremento de la temperatura del agua en los últimos años, aunque he aquí lo interesante de los resultados: existe una variabilidad en función de la altitud. Por ejemplo, según las regresiones calculadas, la temperatura del Lozoya en Pinilla del Valle se habría incrementado 0,020°C/año, mientras que en cotas superiores, en torno a La Angostura, sería de 0,037°C/año. De ahí la importancia de disponer de series largas de temperatura para poder observar tendencias significativas.

Pero, ¿es posible conocer la variación de temperatura del río Lozoya en las últimas décadas?   A esta pregunta, el CISE dio una respuesta a partir de los estudios de distribución altitudinal de las poblaciones de macroinvertebrados acuáticos del río Lozoya. La hipótesis barajada era que un incremento de la temperatura desplazaría aguas arriba las poblaciones, buscando su óptimo de desarrollo. Para ello se compararon las poblaciones de los años 1977-78 y 2007-08. Treinta años después se apreció, además de la aparición de nuevos taxones, un incremento altitudinal en el río Lozoya de muchas especies. El incremento en la distribución altitudinal resultó ser de 136 metros en términos medios para ciertas especies indicadoras seleccionadas. Ahora bien, extrapolando el gradiente medio de temperatura (0,60°C /100 m) observado a lo largo de estos 10 años, se ha podido estimar un incremento de temperatura del agua del Lozoya de 0,81°C en un periodo de 30 años.

Aunque estas noticias no son nada buenas, el Parque Nacional sigue apostando en la actualidad por la línea de la evaluación de los efectos del Cambio Global, dado que será necesario anticiparse mediante una gestión adaptativa a las más que evidentes pruebas de que el clima está cambiando. De hecho, está previsto repetir periódicamente este tipo de estudios para obtener un indicador del cambio que están experimentando los ecosistemas serranos. Sin duda, un espacio protegido como el Parque Nacional es un excelente lugar para poder comprobar tal efecto y poner en práctica medidas de adaptación.