Preparándonos para el invierno

Además de las diferentes muestras que cogemos para analizarlas luego en el laboratorio, desde el Centro de Investigación tenemos instalados una serie de sensores que van recogiendo y almacenando datos periódicamente. Ya hemos hablado de la sonda multiparamétrica que mide el oxígeno de la laguna Grande o de los registradores de temperatura del Río Lozoya.

Las condiciones invernales de la alta montaña son muy exigentes para estos sensores. Además,  la acumulación de nieve y hielo o el incremento de la corriente de los ríos pueden hacer que los equipos queden inaccesibles durante semanas o meses. Por ello, antes de que lleguen estas duras condiciones estamos poniendo a punto todo el instrumental científico, incluyendo la calibración de los equipos, liberación de memoria y la instalación de baterías nuevas que puedan resistir todo el invierno si no podemos acceder a los equipos.

sonda lagunaAunque a veces tengamos que esperar hasta la primavera para descargar los datos, casi siempre obtenemos valores que son de gran importancia para conocer los sucesos extraordinarios que ocurren en el Parque Nacional. Así por ejemplo, la estación de aforos ha registrado avenidas de hasta 3.500 litros por segundo, durante unas pocas horas, en un arroyo que habitualmente discurre con pocas decenas o, como mucho, centenares de litros por segundo. También hemos observado el efecto de mezcla que se produce en la laguna en respuesta de intensas tormentas o fuerte deshielo al aumentar las horas de sol en la primavera. Recoger estos eventos es muy complicado si no se utilizan técnicas de monitorización en continuo, en las que el Parque Nacional es pionero.