70 años sin vernos

El 29 de abril de 1949, el que sería el ecólogo de referencia en España, Ramón Margalef, visitó el macizo de Peñalara, acompañado de su amigo Emilio Fernández-Galiano, por aquel entonces director del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Tomaron muestras de las algas microscópicas e invertebrados en la laguna de Peñalara, la laguna Chica y en algunos arroyos y turberas de la Hoya de Peñalara. En las cuatro muestras de zooplancton que tomó de la laguna de Peñalara apareció una especie llamada Daphnia pulicaria. Se trata de un cladócero, una pulga de agua, relativamente grande que varía entre 1.6 mm (los machos) y 2.5 mm (las hembras). Desde entonces no se había vuelto a ver en la laguna debido a que, en los años 70 del siglo XX, se introdujo en sus aguas una trucha invasora (el salvelino) que acabó con las poblaciones de esta especie al alimentarse los peces juveniles de los cladóceros de gran tamaño.

DaphniaDaphnia pulicaria.

A comienzos del siglo XXI la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid completó la erradicación del salvelino de la laguna, pero transcurridas tres décadas desde la introducción del pez invasor no fue posible la recuperación espontánea del cladócero. Los cladóceros producen huevos de resistencia que quedan almacenados en el sedimento de los cuerpos de agua a la espera de las condiciones propicias en las que eclosionar y poder regenerar la población. De hecho, se sabe que los huevos de Daphnia pulicaria son viables durante más de 125 años, por lo que en principio podrían haber recolonizado la laguna tras la erradicación de su depredador. Sin embargo, estos huevos no pueden eclosionar si quedan enterrados a más de medio centímetro de profundidad en el sedimento, y debido a la intensa erosión de las orillas de la laguna entre la década de los 70 y los 90 la mayoría de los huevos pertenecientes a la época cuando Margalef visitó la laguna ya habían quedado enterrados. Casi dos décadas después de la erradicación estábamos resignados a recordar la presencia de esta especie a través de los dibujos realizados por Margalef a mediados del siglo pasado.

Dibujos de Margalef (1949)Uno de los dibujos de los organismos encontrados en la laguna de Peñalara por Ramón Margalef en 1949.

Sin embargo, un acontecimiento excepcional ha dado un giro radical a esta historia. En el 2018 un gran alud de nieve golpeó la laguna de Peñalara y removió gran parte de su sedimento. Al removerse y volver a sedimentar, parte de los huevos de resistencia de Daphnia pulicaria quedaron expuestos nuevamente en la superficie del sedimento de la laguna lo que ha permitido la resurrección de esta especie desaparecida de la laguna de Peñalara hace décadas. En 2022 más de 2000 individuos de Daphnia pulicaria por metro cúbico nadaban en la que, quizá, había sido su hogar durante siglos hasta la irresponsable introducción del salvelino.

La recuperación de una especie gracias a un suceso extraordinario, como un alud de nieve de grandes dimensiones, tiene un indudable interés científico. Pero además tiene un componente muy simbólico: después de los trabajos de restauración y conservación de la laguna es la propia montaña, a través del alud de nieve, la que se encargó de recuperar la población de una especie que nunca debió desaparecer.