Un año record

Según la Agencia Española e Meteorología (AEMET), el año 2022 ha sido el más cálido y uno de los más secos de la serie histórica en España. Para el conjunto de la España peninsular se estima una temperatura media anual de 15.4 °C, cerca de 1.7 °C por encima del promedio normal.

Tomando la estación del Puerto de Navacerrada (AEMET), situada a 1890 m de altitud, como un excelente representante de la climatología de la sierra, 2022 también ha sido el año más cálido conocido. La temperatura media anual ha sido de 9.1 °C, superado por primera vez la barrera de los 9 °C, y situándose 2.2 °C por encima de la media del período de referencia 1981-2010. Es decir, en la sierra de Guadarrama no solo ha sido el año más cálido conocido, sino que aparentemente ha aumentado la temperatura por encima de la media del resto del territorio. Salvo el mes de marzo, el resto de meses han estado por encima de la media mensual esperable, en ocasiones marcando también un récord mensual. Pero quizá lo más preocupante es que el año 2022 no parece ser una excepción. Si pintamos con un color proporcional a su temperatura media anual un calendario entre 1945 y 2022 este es el resultado:

 Calendario Anual con el color proporcional a la temperatura

Hay una clara progresión al calentamiento desde mediados del siglo XX, pero desde el año 2015 la temperatura media anual observada ha sido inusitadamente alta. Estas altas temperaturas atmosféricas se han trasladado a temperaturas récord en las masas de agua y los ríos de la sierra. Así, la temperatura media del mes más cálido en la laguna de Peñalara ha sido de 20.21 °C, lejos de la media esperable de 18.04 °C, y en el río Lozoya se han alcanzado 15.87 °C cuando la media estaba en 14.55 °C.

En cuanto a la precipitación, los 1296 litros recogidos durante 2022 en el puerto de Navacerrada están incluso por encima de la media de 1223 litros recogidos anualmente entre 1981 y 2010. Sin embargo, este valor es extremadamente engañoso. Realmente, lo que ha ocurrido en 2022 en la sierra es que el mes de marzo (y algo el de abril) fue extremadamente húmedo, con una precipitación muy por encima de lo esperable. Por el contrario, el período de mayo a agosto fue muy seco.

Tanto las altas temperaturas como la fuerte asimetría entre meses muy húmedos y meses muy secos suponen un factor de estrés para los ecosistemas de montaña de la sierra de Guadarrama y las poblaciones de flora y fauna que la habitan. Desde el Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación del Parque Nacional intentamos identificar y cuantificar los efectos que el cambio global está teniendo sobre estos ecosistemas, como una medida de apoyo a una gestión que favorezca los procesos de adaptación a las nuevas condiciones que vendrán en el futuro.