Especies exóticas invasoras… Gulliver en el país de los enanos
Fernando Horcajada y Ángel Rubio
El trasiego de ejemplares de fauna y flora entre diferentes regiones, ha sido una práctica habitual desde la antigüedad, incluso en tiempos prehistóricos. Tigres y elefantes en el Imperio Romano, leones y leopardos en la Edad Media, perezosos y loros en la España colonial… el hombre se ha sentido atraído por los ejemplares extraños de otros mundos, y los ha mostrado como verdaderos tesoros de sus conquistas en países lejanos.
Ha sido durante el siglo XXI cuando se produce el verdadero boom de introducción de especies exóticas. El aumento de nivel de vida en los países ricos viene unido a varios fenómenos como el turismo a larga distancia, la tenencia de mascotas exóticas, los núcleos zoológicos privados o el comercio ilegal de especies, espoleado sin duda por internet y las redes sociales. Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) las especies exóticas invasoras (EEI) son la primera causa de pérdida de biodiversidad, siendo responsables directas de poner en peligro al 6 % de las especies con algún grado de amenaza en el Mundo.
Actualmente, centrándonos en la fauna, tenemos inventariadas 16 especies exóticas invasoras o con potencial invasor (Real Decreto 630/2013) en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y su Zona Periférica de Protección (ZPP). Las repercusiones e impactos provocadas por la presencia de estas especies se antojan incalculables, pudiendo abarcar desde la depredación, la competencia, la introgresión genética o la introducción de enfermedades y parásitos, entre otras.
En definitiva, unos Gulliver del siglo XXI, que arriban a los ecosistemas del Parque comportándose como verdaderos gigantes, sin oposición alguna y con verdaderas ventajas evolutivas sobre las modestas especies autóctonas de nuestro clima mediterráneo.
Repasemos pues, algunas de las especies invasoras que desgraciadamente ya están asentadas en los ecosistemas del Parque, y que actualmente son consideradas como las más dañinas y peligrosas, en lo que podríamos denominar el top 5 de los invasores de Guadarrama…
En primer lugar, y sin duda la especie exótica invasora más letal del Parque Nacional, es el hongo quitridio (Batrachochytrium dendrobatidis), que tiene como objetivo fundamental a los anfibios del Macizo de Peñalara. En esta zona las poblaciones de sapo partero común y salamandra común serían las especies más afectadas por este invasor, con una alta mortalidad durante la última década. Además, para más inri, esta situación se ve agravada por la presencia del tritón alpino, especie alóctona en Peñalara, que desplaza a los anfibios autóctonos y es un foco de transmisión de la enfermedad, por lo que sus poblaciones deberían ser erradicadas de inmediato. Actualmente existen diferentes proyectos en el Parque para combatir esta enfermedad y recuperar las poblaciones más afectadas, labor centralizada en el Centro de Cría de anfibios amenazados de la Sierra de Guadarrama.
Metamórficos de sapo común muertos en una de las lagunas del Parque Nacional. Autor: Maria Angeles Miguel
En segundo lugar, el visón americano (Neovison vison), una especie que se ha convertido en un verdadero problema ecológico en toda España y que implica la necesidad de su control urgente. En el parque nacional se encuentra ampliamente distribuido en los ríos y arroyos de ambas vertientes, causando verdaderos estragos a especies en peligro como la rata de agua o a poblaciones de anfibios y reptiles, en franca regresión. De hecho, es la principal responsable de la desaparición del desmán ibérico en la Sierra de Guadarrama. El Parque desarrolla actualmente un plan de erradicación de esta especie exótica e invasora calificada como una de las 10 especies más dañinas de nuestro país.
Visón americano en uno de los arroyos del parque. Autor: Ignacio Granados
En tercer lugar, los híbridos de perdiz chúcar (Alectoris chukar), producto de la actividad cinegética, que han provocado en España una situación límite para la perdiz roja, debido a los millones de ejemplares soltados procedentes de granjas. Estas perdices híbridas son morfológicamente indistinguibles de las perdices rojas, siendo capaces de sobrevivir en el medio natural y reproducirse con las poblaciones silvestres. Estas sueltas masivas, han provocado una situación límite en las poblaciones salvajes de perdiz roja en toda su área de distribución por introgresión genética. En estos momentos el parque nacional, a través de su Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación y en colaboración con el IREC-CSIC, trabaja en un proyecto para evaluar el nivel de pureza de las poblaciones de cumbre del Parque y diseña medidas preventivas para evitar la expansión de esta especie potencialmente invasora, desde los cotos de la ZPP.
Aspecto de un ejemplar de perdiz roja pura de la cumbre del Parque Nacional y otro híbrido con perdiz chukar (a la izquierda en la foto). Autor: Sergio Rubio.
En cuarto lugar, el salvelino (Salvelinus fontinalis), especie introducida en la década de 1970 en la Laguna Grande de Peñalara por el Servicio Nacional de Pesca Fluvial, Caza y Parques Nacionales, que la utilizaba para repoblar ríos y lagos de montaña para fomentar la pesca deportiva. La presencia de esta especie en los sistemas lagunares del Parque ha provocado la regresión de anfibios en peligro como la rana patilarga y ha eliminado gran parte de los invertebrados acuáticos de estos humedales. La erradicación de esta especie en la Laguna de Peñalara fue iniciada por el Parque Natural de Peñalara en 1999, a través de redes de agalla, estando en la actualidad eliminada de esta Laguna. Sin embargo, aún queda una población aislada en un arroyo del parque nacional.
Salvelino capturado en uno de los arroyos del parque nacional. Autor: Ángel Rubio
Y en quinto… el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), especie introducida y presente en numerosos tramos de ríos y arroyos de la ZPP. Las poblaciones del río Lozoya son las más preocupantes, al ir colonizando progresivamente tramos más altos, con presencia cada vez más cercana al Parque Nacional. Aunque parece haber reducido su capacidad de expansión a medida que asciende en altura, debido a sus condicionantes fisiológicos, es una especie que sigue provocando daños, reduciendo la riqueza de macroinvertebrados y de macrofitos, alterando el hábitat de especies autóctonas como la trucha común o la lamprehuela.
Cangrejo Señal en el río Lozoya. Autor: Ángel Rubio.
Sin duda, todos nos echamos las manos a la cabeza a estas alturas y nos preguntamos cómo se han podido desencadenar estas situaciones… pero si analizamos fríamente el origen de estas especies, todos los sectores de la sociedad han contribuido de una forma u otra a que estén presentes actualmente en nuestro medio natural.
El parque nacional viene desarrollando un importante esfuerzo en aplicar medidas de gestión sobre estas especies a través del subprograma de control de especies alóctonas y erradicación de especies exóticas invasoras. Aun así, el impacto de esta fauna invasora se escapa a menudo a los enfoques locales, siendo necesarias acciones de control y gestión coordinadas a nivel nacional, incluidas las campañas de sensibilización que mentalicen de su gravedad a todos los sectores de la sociedad.