¿Qué nos indican las bacterias del Manzanares?
Equipo Proyecto Microepics
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Las bacterias indicadoras de contaminación fecal son grupos de bacterias que están asociadas a contenido intestinal excretado o heces de animales homeotermos. Cuando se detectan números elevados de bacterias de origen fecal en una muestra, esto significa que en el agua se ha vertido materia fecal. Lo que se detecta con los análisis microbiológicos no tienen porque ser patógenos, que son generalmente más difíciles de detectar, pero si pueden indicar la presencia de posibles patógenos acompañantes que suelen vivir en el mismo ambiente que los microorganismos que se valoran.
La detección de bacterias indicadoras de contaminación fecal, por lo tanto, se utiliza para estudiar los niveles de contaminación puntual o difusa, ya sea por parte de animales o humanos en determinadas zonas, generalmente en cuerpos de agua, como ríos, embalses, lagos o playas. Aunque la presencia de animales, como la cabra montés o la ganadería presente en el Parque Nacional representa ya de por si uno de los posibles focos permanentes de este tipo de contaminación en el río Manzanares, queríamos valorar cual es el efecto que la afluencia de visitantes durante los fines de semana provoca en los niveles de este tipo de bacterias en distintas épocas del año, y además si el río es capaz de recuperarse a corto plazo de estas incidencias.
Es importante destacar que el uso para actividades recreativas de aguas que presentan un elevado número de bacterias de origen fecal representa un riesgo de salubridad y además la aparición de otros microorganismos alóctonos puede provocar cambios en la microbiota autóctona.
Los tres grupos bacterianos que hemos estudiado han sido coliformes, tanto totales como fecales (Escherichia coli), estreptococos o enterococos fecales y esporas de Clostridium sulfito reductores. Nuestros resultados indicaron que prácticamente no se podían detectar Clostridium sulfito-reductores en ninguno de los muestreos. Esto indica que son rápidamente eliminados y no permanecen los signos de contaminación a corto plazo. Sin embargo, los coliformes y los enterococos fecales sí aparecían más abundantes en los meses de mayor afluencia (meses de verano) comparados con los de invierno, donde se reducían hasta ser casi indetectables en algunos puntos. En cuanto a la incidencia del fin de semana, se pudo observar que a corto plazo los números de coliformes y enterococos fecales no sólo no disminuían, sino que incluso aumentaban a lo largo de la semana, probablemente por las temperaturas más favorables de esa época, aunque se sabe que en el caso de coliformes no suelen proliferar una vez en el agua a diferencia de lo que ocurre con los enterococos fecales.
Un problema de las metodologías de recuento de estos grupos es que están diseñadas para la detección de números muy bajos generalmente en aguas potables, de tal manera, que no están optimizados para estudios en medios naturales. Por esta razón, en alguno de los grupos que estudiamos, y que son más difícilmente evaluables, como los coliformes, utilizamos dos metodologías distintas, buscando evaluar los efectos que estas metodologías podrían tener en el proceso de valoración.