Clase “on blog” de clasificación de Protistas I. Diatomeas y Amebas

Los Protistas son microorganismos eucariotas con estructura unicelular, a veces colonial y, en algunos casos, multicelular, si bien nunca llegan a formar tejidos como las plantas o los animales. Su morfología y tamaño son muy variados, oscilando por lo general entre 1 micra y 500 micras. Aunque algunas algas pardas o rojas, que también se clasifican entre a los protistas, pueden ser macroscópicas y llegan a medir varios metros. Los protistas de vida libre se pueden incluir en la práctica en cuatro grandes grupos: diatomeas, amebas, flagelados y ciliados. Hoy os hablamos de los dos primeros.

Diatomeas

diatomea colonialSon todas fotosintéticas, con cloroplastos. Algunas son unicelulares y otras coloniales. Representan formas mayoritarias en el fitoplancton microscópico de ríos, lagos, arroyos, océanos. Son de gran importancia en la base productora de las cadenas tróficas; en concreto a las diatomeas de los océanos se las considera responsables de entre el 10- 20% de la fijación de carbono de la Biosfera.  Según los expertos podrían existir hasta 200.000 especies, de las cuales se han descrito aproximadamente un 10%.

Las diatomeas crean una pared celular transparente de sílice denominada frústula que les da una apariencia externa de caja de cristal. Dicha caja tiene dos partes o valvas que encajan perfectamente una en la otra y que están perforadas por pequeños poros, agujeros y hendiduras, que permiten el paso de agua, gases y nutrientes, además de permitir el movimiento de la diatomea por deslizamiento sobre superficies.  Las diatomeas son clasificadas en especies según la morfología de su frústula, la disposición de sus valvas, su ornamentación y la distribución de sus poros, que crean auténticos patrones específicos. Las frústulas de las diatomeas, por la gran resistencia del sílice, presentan muchas aplicaciones prácticas, siendo utilizadas como insecticidas, filtros de piscinas, abrasivos de metales, en limpieza de la piel, en jabones, e incluso como fertilizantes del suelo. Desde un punto de vista medioambiental, son indicadores habituales de la calidad del agua en ríos por la tolerancia específica y distintiva de sus especies a temperatura, pH, salinidad, concentración de nutrientes, altitud y otros parámetros ecológicos. Como sus cajas de sílice no se descomponen, se pueden acumular por cientos de años en los sedimentos y utilizarse también en la datación bioestratigráfica.

En el río Manzanares y en las pilas graníticas de la Pedriza constituyen una población abundante y diversa de protistas.

Amebas

007 02 ameba testaceaPrácticamente todas son heterótrofas estrictas. Siempre unicelulares. Se clasifican en formas testáceas (con un caparazón o testa de naturaleza orgánica o inorgánica que la propia ameba secreta) y formas desnudas (sin caparazón). Las amebas se alimentan a través de los pseudópodos, extensiones del citoplasma celular que a la vez sirven de estructura de locomoción al organismo. En las formas con testas, los pseudópodos se emiten al exterior a través de una abertura del caparazón denominada opérculo. La dieta de las amebas es muy variada, e incluye otros organismos microscópicos (flagelados, ciliados y diatomeas). Aunque generalmente poco conocidas, las amebas testáceas son importantes bioindicadores en los ecosistemas tanto acuáticos como terrestres, siendo utilizadas en índices de contaminación por arsénico y como indicadoras de cantidad de humus, gradientes de humedad, pH, concentración de nutrientes, niveles de CO2, de polución del ambiente, etc.

ameba desnudaEn las muestras de La Pedriza, Microepics está encontrando gran variedad amebas, tanto desnudas como testáceas. Las testáceas son muy abundantes en algunas de las pilas graníticas mientras que en otras parecen estar completamente ausentes. Su aplicación práctica como bioindicadores en estos ambientes es uno de nuestros retos futuros.