Colorín, colorado

No te vayas todavía,
no te vayas por favor,
no te vayas todavía,
que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.

Así me cantaron mis compañeros del Parque Nacional, emulando a “Los Del Río”, cuando les comuniqué que cambiaba de destino para emprender una nueva etapa profesional en otra Consejería diferente a la que he trabajado estos últimos 16 años.

Bueno, a lo mejor no fue exactamente así, o quizás ni parecido, pero un cierto sentimiento sí que me pareció percibir en algunos de ellos, que yo diría era de pena (alguno habrá también que soltó un suspiro interior de alivio al saber que me iba a perder de vista).

He pasado unos años magníficos desde que me incorporé a la unidad administrativa Parque Nacional, cuando el Parque ni siquiera existía todavía. Sea casualidad, o fuera buscado adrede, coincidimos un magnífico grupo de profesionales de diferentes procedencias para intentar hacer nacer el Parque, acompañarlo en sus primeras bocanadas de aire y en sus dubitativos primeros pasos.

Francisco Javier HerreroAbril de 2021, hoy… mirando hacia el futuro.
Príncipe de AsturiasJulio de 2013, los entonces Príncipes de Asturias visitan el recién declarado Parque Nacional. Parece que fue ayer…

Desde luego hay cosas que podríamos haber hecho mejor, al menos yo, pero visto el resultado, me voy contento. El Parque camina ya con paso firme, somos conocidos y reconocidos, y al menos en España nuestro Parque es modelo para otros, que quizás por contar con menos medios, no pueden llegar a donde nosotros llegamos.

Tenemos un PRUG recién estrenado, un Centro de Investigación que muy pocos espacios naturales tienen, una página web que da gusto verla, y un montón de visitantes, a veces demasiados, que nos hacen sentir exigidos en nuestra gestión, pero también satisfechos cuando nos lanzan alguna alabanza por lo realizado.

No diría la verdad si dijera que ya no quería seguir en el Parque. Me hubiera encantado continuar, y no descarto la posibilidad de volver algún día si se presenta la ocasión. Pero a veces para progresar profesionalmente hay que hacer las maletas, y fuera, donde no te conocen, te dan más oportunidades que en tu “propia casa”. Dicho todo ello sin rencor, y con cariño.

Para terminar, diré que lo mejor del Parque son las personas que trabajan en él, desde su Director Conservador, hasta el último informador de los Centros de Visitantes. Y esto incluye tanto a funcionarios, como al personal de las empresas que trabaja para nosotros, y que permanece a lo largo de los años, aunque las empresas vayan cambiando, y no siempre en las mejores condiciones laborales. Como en todos los platos, algún garbanzo negro tenemos, no lo vamos a negar, pero las ganas y la ilusión del resto, hacen que estas excepciones no sean significativas.

Dejo un último pensamiento para mis dos compañeros de Uso Público, que han sido mi apoyo laboral todos estos años. Con ellos he ido aprendiendo los complejos vericuetos burocráticos que conlleva la gestión de un espacio protegido, y que consumen con frecuencia más recursos y tiempo que la propia gestión sobre el terreno.

“Me voy, pero volveré”, dijo Douglas MacArthur con mucha seguridad cuando andaba riñendo con los japoneses a mediados del siglo pasado. Y a pesar de que dejaba un montón de enemigos detrás, volvió. Yo, quizás, ahora mismo, no lo tengo tan claro como él, pero si está en mi mano, y como yo dejo un montón de amigos, lo intentaré, con la seguridad de que voy a encontrar un Parque Nacional mucho mejor que el que dejé.

Y colorín colorado, este cuento, por ahora, se ha acabado.

Abril 2021.
Francisco J. Herrero Cobos.
Jefe de Servicio de Uso Público del Parque Nacional.