La musa del Guadarrama

Es fuente del virtuoso, corriente de inspiración cuyas aguas acompañan la obra del literato, encandilando el alma y guiando la pluma por sus senderos; es el fulgor que acompaña el pincel en un lienzo color gualda en primavera, ámbar en verano, albar en invierno, pardo en otoño; es la fórmula que no deja escapar a la consciencia insaciable, en búsqueda de una explicación a lo que a menudo parece no ofrecer respuesta; y como el espíritu del aventurero lanzó al viento, es vehemencia e intrepidez por la «conquista de lo inútil»: es Guadarrama.

Quizás sea su presencia en el horizonte del cielo gris, o tal vez blanco, capaz de hacer sentir anhelo a quien todavía no la conoce; o quizás sea su entrañable abrigo, que ha servido de atuendo a escritores, pintores, científicos y alpinistas; o quizás sea su estratégica ubicación. Pero da igual, no hace falta saber por qué, sino saber que su musa aún sigue guiando a quién busca la ardiente inspiración en su escarpada y singular silueta.

                               Valle de Valsaín desde Loma del Noruego. Autor: Fondo Documental del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Cuando conoces un lugar como la Sierra de Guadarrama es imposible no sentir un vínculo especial, capaz de despertar en nosotros sentimientos como la protección o la conservación y, para aquellos que tienen el don, la creatividad. Desde hace algunos años, José María trabaja en el control de acceso de la barrera de La Pedriza, siendo su labor principal controlar el aforo máximo de vehículos permitidos en esta zona y dando las indicaciones oportunas a los visitantes. Inspirado por la musa del Guadarrama, nos dedica los siguientes versos.

A vosotros, amigos de la Sierra de Guadarrama:

Volver a la naturaleza

Me he parado, en el centro del monte, a respirar.
Paisajes naturales, parajes de quietud…
Entre las ramas verdes, penetra un haz de luz.

Llevad, amigos míos, el ser al monte casto.
Robledales y pinos, cargados de salud…
Sentid el aire puro, del campo, en la mañana.
Ese néctar viviente, que es la naturaleza,
donde crece la hierba silenciosa en la noche.

Si arrecian los calores del sol en el estío,
percibe la frescura de la brisa del río.
Libélulas azules, junto al frescor del agua,
libando vivo néctar, de luz, entre las flores.

Amigos, si me pierdo, ¡buscadme en Guadarrama!
Dirigid vuestros pasos a estos montes de España…

¡Despertaos temprano! ¡Contemplemos el alba!...
cuando miles de insectos a la noche le cantan...
y en las horas diurnas, mariposas aladas,
silenciosas volando, con sus alas doradas.

Entre los verdes bosques, se escucha un ruiseñor,
allí donde los árboles danzan con el sol...

José María Alburquerque


Poema: José María Alburquerque Holgado
Control barrera de La Pedriza
Introducción: Marcos González del Río
Técnico de montaña

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