Entre pinceles y montañas

026 01 participantes pinturaEl pasado sábado 29 de junio amaneció con el mercurio del termómetro por encima de los 20ºC. El aire era sofocante. El sol dejaba caer sus rayos sin clemencia sobre la Sierra de Guadarrama. Las rocas desprendían calor acumulado de los días anteriores y seguían atrapando más. Ninguna nube cubría el firmamento. La búsqueda de una sombra, para cualquier ser vivo, era la máxima prioridad. Con esta perspectiva, abrimos la inscripción y sellado de lienzos del V Concurso de Pintura Rápida. Nuestros intrépidos participantes pertrechados con crema solar, gorra y agua (además de todo lo imprescindible para realizar sus obras) se presentaron con ilusión y entusiasmo en el CAPI de Manzanares el Real.

Se les presentaba por delante el reto de buscar un lugar idóneo, un encuadre específico, una luz especial,…, y el resto de la jornada para proyectar, diseñar y perfilar el espectáculo que se mostraba ante sus ojos empleando las técnicas y materiales que mejor se adaptaran a sus posibilidades.

Podríamos preguntarnos por qué es interesante participar en un concurso de pintura rápida. Existen diferentes motivos y para muchos pintores es una experiencia positiva en numerosos aspectos. Plantea el desafío de terminar un cuadro en pocas horas, la rapidez en la ejecución de la obra es fundamental y supone un lance personal interesante. La posibilidad de ver trabajar a otros pintores y el poder hablar con ellos y contrastar opiniones sobre pintura hace que se cree interacción entre los artistas que, la mayoría de las veces, trabajan solos. Además, es sugerente pintar del natural; ver cómo va cambiando la luz y el movimiento de los objetos de un paisaje es una experiencia que no se puede adquirir en un estudio.

Los cuadros en los concursos de pintura rápida son, en general, muy impactantes. Los participantes deben gestionar su tiempo de manera más eficiente para poder entregar la obra en tan corto periodo como son unas pocas horas. Para ello emplean diferentes recursos que hacen que el resultado final sea impresionante, en muchas ocasiones. No solamente se limitan a plasmar en el lienzo el paisaje que tienen enfrente, sino que interpretan lo que ven dando su toque personal y aportando su punto de vista a la creación. Muchas veces, la gente, todos los que entienden de pintura y los que no lo hacen, no quiere ver simplemente unas montañas o un río, quieren percibir todo el juego que ha sido capaz de sacar de esos elementos el pintor. Se las ingenian para captar el encanto de lugares muy conocidos, como el Castillo de los Mendoza que reflejaron de dos formas totalmente distintas el ganador del primer premio Juan Antonio García con su acuarela Sierra de Guadarrama y el del segundo, Jesús Torres Gómez con su acrílico Deslumbrado. Del mismo modo, los benjamines del concurso representaron admirablemente aquello que parece anodino a simple vista: una panorámica desde el Embalse de Santillana que no enmarca el pueblo. Sara García Mendes, ganadora del primer premio juvenil con Paisaje de la Sierra de Guadarrama y Jesús Checa Corzo con Puente, que consiguió el segundo premio en esta categoría.

Comprender qué ha hecho que los artistas escojan una zona u otra de esta sierra nos acerca más a su obra. Cuando una persona dibuja, nos cuenta cómo es y cómo experimenta el mundo y nos deja vislumbrar sus sentimientos, pensamientos y sueños.

Los rigores de una ola de calor, que conllevó una escasa participación, no han menguado las expectativas de continuar preparando este Concurso año tras año.

María Villamayor Martín

Educadora ambiental de los Centros de Visitantes del Parque Nacional