Rebollos de cine

021 01 Clausura Era inevitable. Los nervios afloraban a medida que se acercaba el “puente de diciembre”... Y por fin llegó uno de los eventos más esperados del año, el VII Festival Internacional de Cine y Naturaleza “Valle de La Fuenfría”. Y sí, este festival ya es internacional porque además de recibir cortometrajes de distintos lugares de España también los hemos recibido de Indonesia, Colombia, Chile, Bélgica, Brasil, Portugal y Argentina. Un año más, la participación ha sido sorprendente con un total de 57 cortos a concurso.

El fin de semana prometía en Cercedilla ya que la previsión meteorológica era muy buena y esta vez, no se confundieron. El viernes, durante la inauguración pudimos disfrutar de los cortos premiados en la pasada edición y degustar los pinchos de la VI Edición Yo pincho y corto ¿y tú?, promovido por AEGA (Asociación de comerciantes y empresarios de Cercedilla). Esta oportunidad para degustar pinchos con nombres de películas la promueven bares y restaurantes del municipio. Y si eres capaz de probar todos, participas en un sorteo de productos y servicios de la zona.

El sábado organizamos una actividad infantil en la que participaron un total de 73 personas. Como siempre, los pequeños fueron los que más disfrutaron y los más agradecidos. Con nuestro emblema, la hoja de roble, diseñaron un marcapáginas, jugaron al juego de Parque Nacionales y descubrieron los taumatropos con los que dieron vida a los personajes de sus películas favoritas.

Después de comer unos pinchos, cogimos fuerzas para realizar el visionado de cortos en el Centro Cultural Luis Rosales. Nos invadió el entusiasmo cuando vimos que no dejaba de entrar gente en la sala: casi un centenar de personas completaban el aforo. En ese momento, los nervios nos asaltaron pero confiamos en el buen hacer y en la experiencia que nos han dado las pasadas ediciones. Tuvimos la suerte de contar con algún director que nos trasmitió su ilusión por ver su corto proyectado y manifestó el esfuerzo que hay detrás de una grabación de dichas características.

Para llevar a cabo las votaciones de los mejores cortos conseguimos un ambiente de sala de cine que permitía adentrarte en cada historia y aventura proyectada en pantalla, ¡solo faltaban las palomitas! Hubo momentos de risa, de tristeza, de melancolía y esperanza. A pesar de que el equipo de la organización del Festival ya habíamos visionado en varias ocasiones las obras seleccionadas, el ambiente logrado no me impidió volver a emocionarme al ver uno de los cortos que más me marcaron. Daban a conocer el incendio producido en octubre de 2017 en Galicia y Portugal. Trasladándome involuntariamente a esas fechas, recordé el momento en el que vi la noticia en televisión y no pude contener las lágrimas al conocer la magnitud del desastre natural producido. Los testimonios de personas muy allegadas a mí pasaron por mi cabeza provocando angustia, ya que fue una de las vivencias más críticas de su vida al ver su casa rodeada de llamas, sin línea de teléfono y ayudando desesperadamente con cubos y mangueras para evitar que el fuego quemara sus pertenencias. Para bien o para mal, esto es lo maravilloso del séptimo arte, que te hace emocionarte, revivir experiencias y también te permite soñar.

021 02 Proyección de cortosEsperábamos el domingo con emoción para conocer el nombre de los ganadores, a pesar de que el cansancio ya se hacía notar. La clausura y entrega de premios del Festival se llevó a cabo en el Centro de Visitantes “Valle de La Fuenfría. La decisión del jurado, compuesto por profesionales del medio cinematográfico, la cultura, la comunicación y el medio ambiente, ya estaba tomada. El primer premio, el “Rebollo de Oro” dotado con 600€, recayó en el cortometraje titulado “La Plastikeria”, dirigido por Cesare Maglioni. Este corto futurista ambientado en 2050, denuncia la contaminación de los mares y océanos por residuos plásticos de forma directa, divertida y educativa.

Dada la cantidad, calidad y diversidad de géneros que se presentaron, el jurado otorgó dos menciones especiales. La primera al cortometraje de animación “Un día en el parque”, dirigida por Diego Porral, que narra un escenario futuro en el que se pierden las relaciones interpersonales, se descuida el medio ambiente que nos rodea y lo único que quedan son las nuevas tecnologías. Y la segunda para el cortometraje documental “Refugiados”, dirigido por David Rodríguez donde da a conocer la situación de un refugio de primates incautados, cuyo principal objetivo es ofrecerles una vida digna ante la imposibilidad de regreso a su libertad.

El premio otorgado por el público, el “Rebollo de Plata” dotado con 300€, fue para “Suspiros de la tierra”, dirigido por Alberto Vela, Rubén Abad y Adrián Casaseca. En 14 minutos tratan la problemática de la despoblación rural de los pueblos de España y en concreto del Valle de Liébana, en Cantabria.

Un año más terminamos satisfechos por el trabajo realizado y por el resultado obtenido a pesar del cansancio y la tensión del “directo” para que todo saliera según lo previsto. Ver caras conocidas disfrutando del evento y confiándonos sus más sinceras reflexiones, compensan todo el esfuerzo realizado. Esto no hubiera sido posible sin la colaboración y el apoyo de agentes locales, el Ayuntamiento de Cercedilla, AEGA, la banda “Old friends” que amenizó con música la clausura, los medios de comunicación, los directores de los cortos, los miembros del jurado y por supuesto, todo el equipo organizativo que queda en el anonimato “detrás de las cámaras”. Ya solo queda disfrutar del buen sabor de boca que nos ha dejado y empezar a pensar en la próxima edición del Festival para añadir todas las mejoras y seguir creciendo.

Sonia Grande

Coordinadora de los Centros de Visitantes