Nueva herramienta para la gestión: la rana ibérica como detector de cambios

Se trata de un endemismo de gran importancia como herramienta de observación de cambios, dada su preferencia en aguas de gran calidad y frías.

Hace cuatro años, y gracias al desarrollo de un estudio piloto sobre su comportamiento reproductor, con el fin de lograr su reproducción completa en cautividad, desarrollado por el investigador del CSIC Jaime Bosch, los trabajos habituales de cría en cautividad de la especie fueron impulsados de forma notable.

Hasta entonces, el programa de cría que se venía desarrollando se basaba en la recogida en el campo de puestas depositadas en masas de agua efímeras donde las larvas morían por desecación temprana y que, por tanto, no son viables en condiciones naturales. Pero las reintroducciones fueron fallidas a pesar del óptimo estado corporal de los individuos. Pensaron entonces los investigadores que el problema debía deberse a la inadaptación por la llegada del frio invernal.

019 01 pesca electricaPor ello se intensificaron los trabajos de eliminación de peces que fueron introducidos, en charcas aisladas y remotas, por el hombre. Estas introducciones o translocaciones no en todos los casos fueron debidas al afán de los pescadores, e incluso de los amantes de los peces de mantener poblaciones aisladas y solo conocidas por ellos, sino que, también, fueron debidos a antiguos programas de la Administración con el fin de ofrecer los pescadores una especie nueva para el deporte piscícola como fue el salmón de montaña o salvelino.

Sin duda ignoraban que la introducción peces depredadores donde viven los anfibios es una las principales causas de declive de los anfibios a nivel mundial. En nuestro caso el problema nos pillaba de lleno, ya que nuestra rana ibérica utiliza para su reproducción el mismo tipo de hábitat, como se ha dicho, ríos y arroyos con agua corriente y bien oxigenada.

Los investigadores cambiaron su metodología y desde el 2015 llevaron a cabo   translocaciones sucesivas en los meses de junio y julio, esta vez en estado larvario, procedentes de charcas sin porvenir.

Debido a este proceso el pasado año se pudieran liberar hasta 1.000 ranas en la Hoya de Pepe Hernando, en pleno Macizo de Peñalara.

Este otoño ya se ha observado un éxito en la reproducción, lento pero efectivo, y que puede ser observado en las épocas de apareamiento y reproducción.

Gracias a estos trabajos podemos afirmar  no solo que se  ha superado con éxito  el grave problema que presentaba la Rana ibérica en el Macizo de Peñalara, en el corazón del Parque Nacional, sino que  también disponemos, con su presencia,  de una magnífica herramienta indicadora de los cambios que ayudará mucho en la gestión del Parque Nacional