Yo me quejo
Francisco J. Herrero Cobos
Una de las funciones menos conocidas, y posiblemente menos apetecibles, de las que realizan los técnicos que gestionan el Parque Nacional, es la de contestar a las quejas, demandas y sugerencias, que por diversos medios, llegan hasta nuestra mesa de trabajo o nuestro correo electrónico.
La visita al Parque Nacional, por lo general, es una experiencia de tipo lúdico, o deportiva, durante el tiempo de ocio de los usuarios del Parque, y que cuenta a priori, con unas expectativas positivas en cuanto a calidad de la misma. Se busca un entorno natural, tranquilo, agradable, donde realizar una determinada actividad: andar, hacer deporte, respirar, pensar, relajarse…
Desgraciadamente, la experiencia no siempre es positiva, debido a múltiples factores, y ello provoca que los visitantes se quejen, muchas veces con razón, y se dirijan al órgano gestor del Parque Nacional para expresar sus demandas y sugerencias. Unas veces las comunicaciones tienen un carácter constructivo, con el ánimo de ayudar a mejorar la gestión, pero otras, tienen un tono menos amable y más amargo.
Pongamos en primer lugar, que a veces los usuarios protestan con toda razón, sobre temas que son de nuestra exclusiva competencia, y en los que tenemos que mejorar y conseguir optimizar nuestros recursos. Los recursos son limitados, y no es un secreto que la crisis ha influido en todos los ámbitos de la administración, pero posiblemente el medio ambiente haya sido uno de los más afectados. Ello no quiere decir que no tengamos que esforzarnos y ser imaginativos para conseguir que esos recursos se empleen de manera óptima. Con toda seguridad, los gestores del Parque Nacional, lo podemos hacer mejor.
Pero otras muchas veces, la reclamación no tiene mucho sentido, se reclama por una cosa y por la contraria, o sucede que no somos los gestores del Parque Nacional los competentes en la materia objeto de queja; o a veces, simplemente, no podemos hacer nada ante la falta de educación de determinadas personas. Veamos algunos ejemplos.
Frecuentemente tenemos que responder a diferentes usuarios que se quejan de una cosa, y a otros que se quejan de la contraria. Una persona nos pide que se prohíba el uso de bicicletas en el Parque Nacional porque circulan a excesiva velocidad, y no respetan a los viandantes (y seguramente tiene razón, y ha tenido una mala experiencia). Pero simultáneamente, otra persona, se queja de que hay rumores de que se va a prohibir el uso de bicicletas en el Parque, y argumenta que la circulación de bicicletas no perjudica el medio ambiente (y también es cierto, el paso de una bicicleta por un camino no va a alterar el equilibrio natural del Parque Nacional).
A ambos les contestamos, dejando de lado rumores e intentando concienciar de la compatibilidad que los diferentes usos se dan en el Parque. Unos ciclistas que no respetan a la gente que va a pie no debe suponer la prohibición de esta actividad, en detrimento de todos los que sí respetan. Y por otro lado, si bien el paso de una bici no afecta al medio ambiente, cuando no es una, sino cientos las que pasan, y además circulan fuera de los caminos o a excesiva velocidad, empezamos a tener un problema de compatibilidad con otros usos y de daños al medio.
Otro ejemplo similar. Nos llegan quejas referentes a la masificación de determinados lugares, pidiendo medidas regulatorias o restrictivas, mientras que en otros lugares, donde hemos regulado y acabado con las masificaciones, se quejan los visitantes de que ya no puede ir cuando y como le gustaría. De nuevo, nuestras respuestas van dirigidas a concienciar sobre lo necesario de la compatibilidad entre la conservación del medio ambiente y el uso público, y de lo necesario de la sostenibilidad a largo plazo en estos temas, con el objetivo, tal y como nos obliga la ley de “garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de este legado natural”.
Con frecuencia la gente protesta por la ausencia de agentes de la autoridad (Agentes Forestales, Guardia Civil o Policía Local), que impidan o sancionen determinadas conductas que van contra la normativa vigente. Pero estos agentes de la autoridad, no dependen de la Dirección General del Medio Ambiente, y nada podemos hacer para que se incremente su presencia o su eficiencia, salvo solicitarlo periódicamente, cosa que ya hacemos, frecuentemente sin éxito. A nosotros también nos gustaría que estos cuerpos tuvieran más recursos, y que aquellos de los que ya disponen, supusieran una presencia más evidente sobre el terreno.
Llegan también protestas sobre residuos, o sobre el estado de los caminos, siendo en muchos casos esta competencia de los Ayuntamientos. Pero los visitantes, en general desconocen estos aspectos técnicos, y nos dirigen la crítica a nosotros. Más paradójico aún, es que a veces las demandas vengan de los propios ayuntamientos, cuando en realidad la responsabilidad es suya. A todos ellos contestamos con la mejor predisposición intentando enseñar y dar información a todo el que nos la solicita.
Otras veces, la protesta se refiere a lugares que no se encuentran en el Parque Nacional, y a veces, a sitios que ni siquiera están en la Comunidad de Madrid.
En fin, que entendemos que la gente se queje, y que tiene derecho a ello. Es nuestra obligación atender sus peticiones, y darles la información necesaria sobre aquello que nos demandan, para que sus opiniones y criterios estén mejor fundamentados.
En breve se someterá a información pública el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional, que será posiblemente el documento más importante de cara a la gestión del mismo. Es el mejor momento para que todo el mundo exprese sus quejas, sugerencias, demandas, anhelos y solicitudes, suplementariamente al proceso de participación pública que ya ha tenido lugar para redactar el Plan. Esperemos que todas las peticiones y solicitudes sirvan para enriquecer el documento, y tengamos un Plan que satisfaga las aspiraciones de la mayoría (de todos es imposible), pero que sobre todo sirva para proteger y mejorar nuestro Parque Nacional.
Por último, hacer una breve reseña sobre la enorme satisfacción que tenemos los técnicos del Parque cuando entre todas las quejas, nos llega a veces una felicitación en la que se aprecia nuestro trabajo y esfuerzo diario.
Francisco J. Herrero Cobos
Técnico de Uso Público del Parque Nacional