Día Mundial de la Educación Ambiental: educar para conservar

En 1975 se organizó en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental. Allí se dieron cita más de 70 países y se establecieron los principios de la Educación Ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas. Como resultado, se publicó la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la Educación Ambiental, cuyas metas son:

Formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos.

Y ahora que ya sabes el contexto oficial, vamos a jugar. Para ello, te voy a contar una historia, porque un educador ambiental es un contador de historias y yo, hoy, vengo a contarte una muy especial.

Imagina que estás en una partida de roll a punto de resolver un reto y cobrar tu recompensa, de repente, pulsas el botón de tu mando y ya no estás en tu casa, te encuentras en un lugar extraño rodeado de rocas con formas raras. De pronto, una voz te pregunta:

- ¿Te has perdido?

Por un momento crees que estás alucinando, pero te miras los pies, que ahora pisan el barro del suelo arenoso y no la alfombra mullidita de tu salón, y eres consciente de que algo está pasando.

Y así comienza nuestra historia, contigo perdido en la inmensidad de una sierra desconocida, encarnando a un personaje esencial para entender qué pinta una maleta perdida, un conde, un juego de roll, un Escape Room, un viaje en el tiempo y el Día Mundial de la Educación Ambiental en el mismo artículo. Y es que, no voy a darte un listado de actividades educativas, ni a darte los objetivos de la educación ambiental, sino que vamos a aprender jugando, porque esa es nuestra esencia y porque salir al campo y no saber lo que ves, es como abrir un libro y no saber lo que leer. Así es que ponte cómodo, coge algo de picar, un lápiz y un papel y sigue leyendo, porque esto es un blog, una aventura y una experiencia única que no te vas a querer perder. ¡Dale!

 

Otoño de 1823, en un recóndito bosque rodeado por rocas imponentes, el Doctor Don Piedrus inicia su viaje, ataviado con sus prendas de montaña y su maleta de muestras, recorre, ávido de sabiduría y curiosidad, este paraje, observando y cogiendo notas. Pero… ¡O no!, algo extraño sucede, el Doctor pierde su maleta, que había depositado a los pies de un pino silvestre, ¡años de trabajo perdidos! Desesperado, inicia su búsqueda.

Tras unos minutos de observación del entorno, se da cuenta de que entre unas rocas y algo de matorral, asoma una pequeña majada, sin más preámbulo se decide a entrar en ella.

Entonces tú, mi querido lector, entras en juego, vamos a hacer de ti un experto investigador. Ve resolviendo las incógnitas y consigue devolver a Don Piedrus a su lugar. Para ello te propongo una serie de pruebas:

Encuentra la llave de la cabaña. Debes deducir dónde está con la siguiente pista: "El pájaro carpintero sabe dónde está la llave" y resolver la siguiente adivinanza: “Sal al campo por la noche si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber”.

Seguro que ya sabes la respuesta, anótala en un papel y continúa leyendo.

Con la llave que has encontrado vas a abrir el candado de un baúl que hay en la majada, que contiene un mapa del roquedo. Pero este candado, además, tiene un código numérico que debes descifrar y que está formado por dos números. Estos se obtienen al resolver dos acertijos que hay en el baúl, relacionados con el Doctor y su maleta. Los acertijos son los siguientes:

 "El número de letras del nombre del Doctor".

 "El número de minerales que contiene la roca que forma el roquedo en el que se encuentra Don Piedrus".

Anota estos números y continúa porque estás a punto de encontrar la maleta perdida.

El mapa del bosque muestra el camino que siguió el Doctor Don Piedrus hasta perder su maleta. Sigues este sendero y llegas hasta ella, al abrir la maleta, encuentras una serie de objetos y muestras. La cuerna de un corzo, un par de egagrópilas, restos de pelo de jabalí, un blog de dibujos con imágenes de buitre leonado.

Entonces, mi curioso lector, esa magia que te llevó del sofá de tu casa y tu partida de Prince of Persia hasta aquí, te devuelve a la realidad. Ahora que has encontrado la maleta, ¿qué crees que sucedió, por qué desapareció? Y lo más misterioso de todo… ¿habría alguien más con Don Piedrus en ese inhóspito y desconocido lugar?... toda gran historia merece un gran final, y esa es tu tarea, lo dejo a tu imaginación.

 

Al empezar este artículo te dije algo importante, que no te iba a dar una lista de objetivos o actividades educativas. Por eso, te acabo de enseñar cuál es la labor de un educador ambiental. Te he dicho que somos contadores de historias, pero también somos creadores de sueños, de vivencias, educar es aprender que cada personita que nos escucha cuando les llevamos a nuestras actividades es una esponja, que va a incorporar a su día a día todo lo que sus oídos escuchan, sus ojos ven y sus manitas tocan. Que crear un mundo en el que el conocimiento del entorno nos ayude a quererlo más, a amarlo y por lo tanto a cuidarlo y verlo florecer, es una labor emocionante que un buen educador ambiental realiza con pasión y mucho amor. Quizá este texto te confunda, yo, sin embargo, espero que pique tu curiosidad y te lleve a abrazar a ese niño pequeño que llevas dentro y que quiere saber más.

Por todo esto, te invitamos a venir a vernos, a protagonizar nuestras historias y ser un actor esencial en las generaciones del futuro. Porque este planeta es nuestra casa y no se trata de tener que cuidarla, se trata de amarla.

Ayúdanos a educar para conservar.

Leticia González Ruiz
Educadora Ambiental
Centros de Visitantes del Parque Nacional Sierra de Guadarrama