Recuerdo – Homenaje a D. Francisco Giner de los Ríos
Elvira Ontañón
28 de mayo de 2022
Gracias. Muchas gracias a todos por haber venido hoy a este hermoso lugar de la Sierra para recordar y dedicar un homenaje a la figura de D. Francisco Giner de los Ríos, que simboliza esta placa de mármol incrustada en la roca.
La colocación de esta placa no ha sido tarea fácil en ningún sentido, ya que en la actualidad no están permitidas este tipo de actuaciones. La excepción ha sido posible, entre otras razones, por tratarse de una reposición.
Efectivamente: en esta convocatoria estamos reviviendo un hecho análogo, que tuvo lugar también aquí el día 6 de junio de 1915, pocos meses después de la muerte de Giner: hace más de cien años, casi exactamente ciento siete. En aquella ocasión también se colocó una placa de mármol en recuerdo de quien había sido el alma de la Institución Libre de Enseñanza.
Constancio Bernaldo de Quirós, presidente del Club Peñalara y discípulo de D. Francisco Giner pronunció unas palabras en las que se detallaba la asistencia al acto de unas treinta personas en representación de la Institución Libre de Enseñanza y de su Corporación de Antiguos Alumnos, de la Residencia de Estudiantes y del Club Peñalara como organizadores del acto. Junto a ellos algunas autoridades locales y un grupo de amigos. Ente los asistentes se citan nombres, como Cossío, Posada, Madinaveitia, Gancedo, Buylla, Ruiz Beneyan, Varela, Landa, entre otros. Se destacó además la figura de D. Francisco Giner y su entusiasmo por la Sierra de Guadarrama.
En el día de hoy los que convocan el acto se repiten: La Institución Libre de Enseñanza y su Corporación de Antiguos Alumnos y Amigos, la Residencia de Estudiantes, el Club Peñalara. Pero a ellos se han unido la Fundación y el colegio “Estudio” con su asociación de Antiguos Alumnos, ADANAE, como muestra de que la cadena no se ha roto. A pesar de los sucesos de la convulsa historia del siglo XX español, se comprueba que el modelo educativo de la Institución Libre de Enseñanza ideado desde el siglo XIX, con D. Francisco Giner como protagonista, permanece vigente y continúa vivo en el siglo XXI.
Hoy debemos esperar que esta nueva placa de mármol semejante a la anterior, perdure durante un largo futuro.
La figura de Francisco Giner de los Ríos que hoy estamos recordando, es de una riqueza humana e intelectual asombrosa. En sus Obras Completas se conservan importantes estudios sobre Filosofía, Ética, Derecho o Sociología. Ha sido uno de los introductores de la Psicología en España. Viajó por Europa. Hablaba y escribía varios idiomas y mantenía relaciones de amistad y colaboración con estudiosos destacados de varios países europeos.
Pero ante todo su dedicación principal fue la Educación; una educación de la persona en todos sus aspectos, que abarca, desde la Escuela a la Universidad y que no termina nunca. La dedicación a la enseñanza iba unida a su entusiasmo y amor por la naturaleza reflejado de un modo muy especial en esta Sierra de Guadarrama, que casi puede afirmarse que descubrió junto a un grupo de geólogos, entre los que destacan Quiroga y Macpherson.
La primera excursión de la Institución Libre de Enseñanza a la Sierra tuvo lugar el año 1883; un grupo de alumnos y profesores recorrió parte de ella, abriendo caminos y descubriendo hermosos parajes. La excursión duró varios días y su huella ha sido imborrable, convirtiéndola en algo casi legendario.
El contacto con la naturaleza permaneció y fue aumentando: a los paseos y marchas se añadieron también de forma pionera los deportes de nieve y para facilitarlos se construyó un pequeño refugio en El Ventorrillo que llamaron “la casita”.
En esta Sierra Don Francisco disfrutó, trabajó, reflexionó sobre el paisaje, estudió y admiró los elementos naturales, disfrutando con amigos y discípulos del contacto con la naturaleza.
Su último verano, el de 1914, con la sombra de la guerra que iba a destruir a su amada Europa, transcurrió entre “la casita” del Ventorrillo y la casa que la familia Menéndez Pidal estrenaba en San Rafael. Fue un largo verano que Don Francisco prolongó hasta el mes de octubre y que transcurrió para él entre amigos y allegados siempre con la Sierra presente. En esta Sierra encontró a lo largo de su vida momentos felices y relajados, compartiendo y siempre descubriendo experiencias antiguas y nuevas junto a personas cercanas con la sencillez y naturalidad que caracterizaron su existencia. Y también desde esta Sierra en palabras de su discípulo el poeta Antonio Machado… “soñaba un nuevo florecer de España”.
Muchas gracias
Elvira Ontañón