Restauración ecológica de la laguna Grande de Peñalara
A principios de los años 90 del siglo pasado, la laguna de Peñalara presentaba un lamentable estado de conservación. La Comunidad de Madrid realizó una restauración ecológica que ha permitido recuperar esta laguna.
A principios de los años 90 del siglo pasado, la laguna de Peñalara presentaba un lamentable estado de conservación. En el entorno se acumulaba una gran cantidad de basura, la laguna sufría episodios repetitivos de eutrofización y los márgenes estaban tremendamente erosionados. Además, en laguna había sido introducida una especie piscícola exótica, el salvelino, que ocasionó la desaparición de numerosas especies acuáticas que existían en esta laguna.
Todos estos problemas ambientales eran el resultado de un desproporcionado e inadecuado uso turístico de este enclave, iniciado a partir de los años 70. Sin embargo, en 1990 se produce un punto de inflexión en el deterioro progresivo de esta zona húmeda de alta montaña. En esta fecha se produce la reclasificación de la antigua figura de Sitio Natural de Interés Nacional a la de Parque Natural (que posteriormente quedaría integrado en el actual Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama). Con la reclasificación se toman las primeras medidas de urgencia para evitar los problemas ambientales detectados, más concretamente la prohibición del baño y de la acampada.
A partir de esa fecha se realizaron una serie de investigaciones limnológicas en esta laguna, que se continúan en la actualidad en un seguimiento limnológico. Estos estudios han servido de soporte para la realización de una serie de actuaciones tendentes a la restauración ecológica de la laguna.
Limpieza de residuos
Durante cerca de dos décadas se produjo una elevada acumulación de residuos (plásticos, botellas, pilas, papel de aluminio, restos de ropa, latas de conservas y de refrescos, basura orgánica, etc.) en esta zona de alta montaña.Quizá el impacto más evidente para el visitante ocasional fuese de orden estético, con una evidente degradación de la calidad del paisaje. No obstante, la acumulación de residuos tenía una un impacto mucho mayor por su contribución al proceso de eutrofización.
Con la implantación progresiva de las diferentes infraestructuras de Uso Público y, sobre todo, el aumento del nivel de concienciación de los visitantes en general se ha conseguido reducir considerablemente este problema. Con todo, fue necesario realizar campaña intensivas de limpieza que incluían a retirada de los desechos de gran tamaño del fondo de la laguna por parte de buceadores.
Aparte de las recomendaciones sobre basuras que se realizan a los visitantes, el Parque Nacional mantiene un equipo de limpieza que se encarga de retirar aquellos residuos que puedan aparecer.
Control de la eutrofización
La eutrofización consiste en la entrada y enriquecimiento en nutrientes, fundamentalmente fósforo y nitrógeno, de las aguas que de un modo natural tienen muy baja concentración de éstos. Las algas del fitoplancton necesitan estos nutrientes, junto con la luz solar y el dióxido de carbono (CO2) para desarrollarse. En la laguna disponen de luz y CO2 en abundancia, por lo que su crecimiento sólo está limitado por la disponibilidad de nutrientes. Cuando se incrementa de modo artificial la concentración de éstos, se produce un crecimiento desmesurado de las algas, adquiriendo el agua un característico color verde. En último término, todas las características fisicoquímicas y prácticamente todas las comunidades acuáticas se ven afectadas.
La laguna Grande de Peñalara ha tenido concentraciones muy bajas de fósforo y nitrógeno durante miles de años. Sin embargo, la masiva afluencia de visitantes a esta laguna desde finales de los años 70 desencadenó un progresivo proceso de eutrofización. La acumulación de basuras que se ha comentado con anterioridad contribuyó a este proceso. La erosión de los márgenes de la laguna ocasionó que gran parte del horizonte orgánico de estos suelos, otra fuente de nutrientes, fuera a parar a la laguna. Además, el baño en la laguna, actividad muy habitual antes de los años 90, propiciaba la resuspensión de los nutrientes almacenados en el sedimento.La introducción del salvelino pudo contribuir al reciclado de nutrientes dentro de la laguna y por tanto a la estimulación del proceso de eutrofización.
Tras la prohibición del baño y la acampada a principios de los 90, los análisis hidroquímicos revelan que en tan sólo 3 o 4 años se redujo la concentración de nutrientes hasta los niveles esperables en este tipo de lagunas (oligotrofía). Baste como ejemplo la cantidad de fósforo total registrado en la laguna: en 1990 presentó un pico máximo de 427 μg P/l y una media anual de 242 μg P/l, mientras que desde 1995 el nivel máximo de fósforo total anual no ha superado los 150 μg P/l, situándose en una media de 24 μg P/l.
Control de la erosión
La excesiva afluencia de visitantes también fue la causa de la erosión de los márgenes de la laguna por el continuo pisoteo. En determinadas zona de la morrena se produjo una disminución de casi un metro de espesor del suelo en tan sólo un período de menos de 10 años, equivalente a casi la mitad de la altura de la morrena sobre el nivel del agua de la laguna. Es importante señalar que, dado que la tasa de formación de suelo en áreas de montaña la podemos estimar en torno a 0,5 – 1 mm/año, la decapitación y pérdida de suelo en la morrena de la laguna supuso la desaparición en tan sólo una década del suelo formado durante siglos.
Por otra parte, la erosión de los márgenes tenía como consecuencia un importante aumento de la tasa de sedimentación en la laguna. Los ecosistemas acuáticos evolucionan a lo largo de miles de años, rellenándose de sedimento hasta colmatarse por completo. Sin embargo, ya que parte del material erosionado en los márgenes de la laguna terminaba sedimentando en el fondo de ésta, la erosión acelera fuertemente el proceso natural de envejecimiento del ecosistema lagunar.
En 1995 se cercó el perímetro de la laguna para evitar el pisoteo de visitantes. Este cercado consiste en un cable de acero sobre piquetes, en el que se han colocado unos carteles explicativos de la razón de esta limitación de acceso. En la morrena que cierra la laguna, la zona más gravemente afectada, se valló además con un pastor eléctrico para evitar también la entrada del ganado.
En tan sólo unos meses se apreció una notable recuperación de la vegetación pascícola en las zonas que presentaban una erosión moderada, así como una mejora de las condiciones del suelo. No obstante, en la zona más afectada no se vio recuperación espontánea y hubo que ensayar varios sistemas para recuperar el tapiz vegetal. El método más exitoso fue la producción en vivero de plantas de cervuno (Nardus stricta) procedentes de semilla recogida en la zona. Con estas plantas se realizó una plantación en la morrena, en forma de pequeñas "islas" desde las que el resto de la morrena ha sido colonizada por crecimiento vegetativo.
La eficacia de estas actuaciones se está evaluando con el seguimiento de la tasa de sedimentación en la laguna del material erosionado, mediante unas trampas de sedimento. Estas trampas permiten conocer el material erosionado en la cuenca y transportado al interior del vaso lacustre, obteniéndose así un indicador del grado de erosión en la cuenca. La evolución de la tasa de sedimentación obtenida con las trampas de sedimento ha ido variando en los últimos años, con una tendencia a la disminución de la sedimentación. De los 1,9 Kg/m2 de 1997, se paso a 0,83 Kg/m2 en 1998 y a menos de 0,56 Kg/m2 a partir de entonces.
Erradicación del Salvelino
El salvelino (Salvelinus fontinalis), es un salmónido nativo del NE de Norteamérica que fue introducido alrededor de 1970 en la Laguna Grande de Peñalara. Anteriormente no había peces en esta laguna, por lo que debido a su voracidad originó la desaparición de numerosas especies de organismos acuáticos que habitaban la laguna.
Tras una serie de estudios para determinar el alcance del impacto, se se realizó un plan de erradicación de esta especie con el objetivo de permitir la recuperación de las poblaciones acuáticas afectadas. El proyecto de erradicación se realizo entre el verano de 1999 y el verano 2004, aunque con diferente esfuerzo en los distintos años. Se emplearon 5 redes de agalla (de 30 m de longitud) compuestas de 12 paneles de 2,5 m x 1,5 m, de entre 5 y 55 mm de luz de malla. La última captura registrada se realizó en la primavera de 2002, contabilizando desde el inicio de la erradicación un total de 550 individuos, de hasta 4 años de edad.
La erradicación supuso un cambio muy notable en las poblaciones de organismos acuáticos. Se observó una rápida colonización de nuevas especies de macroinvertebrados, pasando de 9-13 familias antes de la erradicación a más de 23 familias tras la erradicación. También se recuperó la fauna de anfibios, pasando de 1 única especie que convivía con el salvelino a 5 especies tras su desaparición de la laguna. Todas estas especies aparecen en charcas próximas, que han servido de foco de expansión para la recolonización de la laguna.